El articulado provisional de la norma no contempla ningún artículo sobre la prevención, pero sí una disposición transitoria sobre las máquinas de apuestas instaladas en bares y cafeterías. Para limitar el acceso de los menores a una práctica prohibida para ellos, la Xunta prevé copiar el modelo de las expendedoras de tabaco. Serán los dueños del local los que tendrán que activar la máquina, por lo que quien quiera usarla deberá pedírselo, mostrando si es necesario su DNI, como avanzó FARO el año pasado.

Cuando la Xunta aprobó el decreto que permitía explotar las apuestas deportivas en 2012 estableció que las operadoras pudiesen instalar terminales -similares a las tragaperras- en locales de hostelería, además de en salones de juego. Entonces, incluyó un máximo de 2.000 máquinas, pero en 2017 lo elevó a 3.600. En noviembre había en Galicia 3.786 terminales -3.171 de ellas en bares-.

Las asociaciones de ayuda a los ludópatas han clamado desde entonces contra la "epidemia" de adictos que ha generado esta actividad, denunciando que incluso menores de edad se adentran en estas prácticas, vulnerando la ley.

Entre 2013 y el año pasado, la Policía Autonómica apenas denunció 35 casos de apuestas de menores, aunque un estudio del equipo de la Universidade de Santiago liderado por el profesor Antonio Rial Boubeta apuntaba que el 8,4% de escolares entre 12 y 17 años apostaba a través de la red o las máquinas de apuestas, lo que supone más de 10.000 jóvenes en Galicia.