A día 5 de enero los incendios no cesan en Galicia. Aunque las bajas temperaturas se han instalado en a comunidad, las lluvias no llegan y los fuegos se suceden. El último de ellos,extinuido hoy mismo a las 13:00h, se declaraba ayer en Chandrexa de Queixa y lleva calcinadas ya unas 175 hectáreas según las primeras estimaciones de la Consellería de Medio Rural.

Este fuego eleva el balance de hectáreas quemadas en la úlima semana, en pleno invierno, a casi 450 y la provincia de Ourense vuelve a ser la más castigada.

El primero de estos fuegos se declaraba el 30 de diciembre a las 12:20h en el muncipio ourensano de Viana do Bolo, en la parroquia de Penouta. Durante cinco horas trabajaron en su extinción 4 agentes, siete brigadas, tres motobombas y un helicóptero. El resultado, 35 hectáreas de monte raso quemadas.

A las 23:00h del día siguiente, 31 de diciembre, arrancaba otro incendio en el mismo ayuntamiento ourensano, en esta ocasión en la parroquia de Ramilo. Las llamas se daban por controladas a las 11:16h del día de año tras afectar a 25 hectáreas. En la extinción trabajaron tres agentes, siete brigadas, una motobomba y un helicóptero.

Pero el más importante de esta particular ola de incendios se iniciaba el día 3 de diciembre en Castromil, en el municipio ourensano de A Mezquita. Seis focos simultáneos calcinaron desde las 14:33h hasta las 02:39h de esta madrugada 161 hectáreas, seis de ellas de monte arbolado. Además, fuentes del servicio de extinción alertabas de otros focos, de menor dimensión, en Vilariño de Conso y A Gudiña.

Fuera de la provincia de Ourense, ayer se extinguía otro incendio en Caroi, en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade y afecta,después de afectar a unas 45 hectáreas.