Al menos 300 hectáreas calcinadas en los seis últimos días en Galicia. Y no se trata del mes de agosto. En una semana de pleno invierno, con temperaturas en valores negativos pero sin caer una sola gota de lluvia, se declaraban por lo menos cuatro inciendios de más de 20 hectáreas, tal y como ha ido informando desde el 30 de diciembre la Consellería de Medio Rural.

Precisamente, el primero de estos fuegos se declaraba en el penúltimo día del año, a las 12:20h en el muncipio ourensano de Viana do Bolo, en la parroquia de Penouta. Durante cinco horas trabajaron en su extinción 4 agentes, siete brigadas, tres motobombas y un helicóptero. El resultado, 35 hectáreas de monte raso quemadas.

A las 23:00h del día siguiente, 31 de diciembre, arrancaba otro incendio en el mismo ayuntamiento ourensano, en esta ocasión en la parroquia de Ramilo. Las llamas se daban por controladas a las 11:16h del día de año tras afectar a 50 hectáreas. En la extinción trabajaron tres agentes, siete brigadas, una motobomba y un helicóptero.

Pero el más importante de esta particular ola de incendios se declaraba ayer, tres de diciembre en Castromil, en el municipio ourensano de A Mezquita. Seis focos simultáneos calcinaron desde las 14:33h hasta las 02:39h de esta madrugada 161 hectáreas, seis de ellas de monte arbolado. Además, fuentes del servicio de extinción alertaron ayer de otros focos, de menor dimensión, en Vilariño de Conso y A Gudiña.

El último de los fuegos, extinguido esta mañana, afectó a la parroquia Caroi, en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade y afecta, según las primeras estimaciones, a una superficie de 45 hectáreas y en su control trabajaron cinco agentes, ocho brigadas y dos motobombas.