Con el estado de la salud pública cuestionado desde varios frentes -manifestación masiva en Vigo tras la renuncia de 25 jefes de servicio, huelga en Santiago, PACs en "pie de guerra"...- y sobre la mesa una próxima reforma del modelo de atención primaria que abordarán seis grupos de trabajo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, reivindicaba la sanidad gallega en su tradicional discurso de fin de año. El mandatario la destacó como una de las fortalezas de la comunidad: "Es cierto que contamos con mejores hospitales y centros de salud públicos" que en 2017, proclamó.

Ya la semana pasada, en el último Consello de la Xunta, se había referido a la gallega como "una de las sanidades de referencia de España", aunque comprometió "mejoras" frente a "problemas" que consideró "comunes a todas las comunidades" por la ausencia de pediatras y médicos de familia.

No es lo único que resaltó entre los logros. También indicó que "es cierto que tenemos una economía más sólida, con más y mejor empleo" o que "atendemos a más dependientes". No obstante, concedió que "sigue habiendo gallegos con desvelos para poder resolver problemas reales". "Eso es lo que nos debe preocupar y ocupar, las cosas cotidianas", defendió, entre las que citó "la calidad de los servicios públicos", la defensa de la igualdad, "cumplir las expectativas de los jóvenes" o "combatir la crisis demográfica".

En ese contexto, reconoció que en el camino del "entendimiento que Galicia recorre unida hay problemas que se denuncias, debates y reivindicaciones". "Veo en ellos un síntoma de nuestra salud democrática y avisos que un gobernante no debe nunca menospreciar". Feijóo aseguró al respecto que la sociedad gallega "no discute sobre utopías falaces", sino sobre "asuntos concretos que afectan a la gente", "especialmente a la que sufre".

Frente a ello, Feijóo cargó contra el desafío independentista catalán y apeló al espíritu de la Transición para guardar el orden constitucional. Advirtió de que Galicia "no va a callar" ante los "ataques sistemáticos" a la Constitución. Y lo hizo ante el cuadro de Castelao "A derradeira leición do mestre" en la Cidade da Cultura. "Las ideas excluyentes son causas de episodios" como el del cuadro, dijo.

Añadió que Castelao quiso legar "una advertencia" con esa obra, la de que "hubo un tiempo terrible en el que Galicia, como el resto de España, sufrió la tragedia de la Guerra Civil y de la posterior dictadura" a través de "asesinatos" como el de Alexandre Bóveda. Para Feijóo, contemplar la escena produce "cierta conmoción", pero también "admiración por poder hacerlo gracias a la libertad y a la reconciliación logradas en la Transición".

"Este recordatorio es oportuno siempre, pero más aún cuando hay quien trata de minimizar o incluso cuestionar lo que el conjunto de los españoles hicimos en los primeros momentos de nuestra democracia y de nuestro autogobierno", apunta Feijóo. Frente a estos episodios convulsos, apostó por la "convivencia", la "armonía" y la "cooperación" y aseguró que Galicia es "portadora de un ejemplo de convivencia" del que los gallegos deben sentirse "satisfechos". Al reivindicar "diálogo", el presidente citó el Pórtico de la Gloria.

Núñez Feijóo alertó de que "la falta de entendimiento siempre tuvo consecuencias negativas". "Hay en nuestro entorno suficientes ejemplos de que la ruptura de acuerdos trae consigo efectos lamentables en forma de retroceso económico y social y, sobre todo, de ruptura de la confianza entre los ciudadanos", subrayó.

En su apuesta por la cohesión, Feijóo defendió el papel de la Constitución para seguir "progresando y avanzando" y, tras recordar la figura de Xerardo Fernández Albor, valoró su relevancia. Dijo que no se puede ser "indiferente" a los "ataques sistemáticos" contra la Carta Magna de los que "intentan minar la democracia". "Galicia no calla, ni va a callar, cuando se pone en peligro una obra de todos", destacó. En este punto, pidió que no se "disfrace como conflicto", lo que es "una evidente vulneración de la legalidad".