Algo más de 900 dependientes que estaban en lista de espera para entrar en una residencia de la red pública se han acogido al bono residencia, es decir a la ayuda económica de la Xunta para entrar en una residencia privada, sin perder su derecho a irse a una residencia pública, cuando haya sitio.

En agosto, la Consellería de Política Social lanzó este bono y entonces cifró en 1.600 las personas que aguardaban para irse a una residencia pública. A todas ellas les envió una carta, en las que adelantaba la prestación económica que recibirían si se acogían al programa, y que depende del grado de dependencia y de la capacidad económica de cada persona. De media la ayuda era de 490 euros al mes, y la cuantía máxima que se puede percibir es de 715 euros.

Casi quinientos ya está en una residencia privada y otros 400 están tramitando los papeles para disfrutar de la subvención.

La previsión de la Xunta era que se apuntase un millar de dependientes.

Política Social considera que con el Bono Residencia se cubre "un porcentaje elevado" del coste de un centro privado. El Imserso cifró en su informe de 2016 en 1.250 euros al mes de media para Galicia en el caso de centros concertados.

Pueden acceder a esta ayuda dependientes que ya estén viviendo en una residencia privada.