En medio de las protestas del sector sanitario contra el deterioro del sistema público, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, blandió su oferta de mejoras en la contratación de nuevos médicos y atacó a los concellos de Ferrol y Cangas, gobernados por la izquierda, por no facilitar las licencias urbanísticas y terrenos para construir un hospital y un centro médico, argumentos con los que rebatió los ataques de la oposición.

A cinco meses de que se celebren las elecciones municipales, Feijóo replicó las críticas de En Marea, PSdeG y BNG a la situación sanitaria afeando al portavoz del primer grupo, Luís Villares, la actitud de los alcaldes de Ferrol y Cangas y le pidió que mediara para que facilitasen la licencia para construir un hospital solicitada en agosto, en el primer caso, y los terrenos para ampliar el PAC y construir un centro médico, en el segundo. De hecho, la Xunta aprobará mañana la licitación de las obras del hospital de la ciudad departamental.

"Ni son capaces de facilitar licencia para un hospital ni suelo para un centro de salud. Imagine que un día gestionasen la sanidad pública. Saltarían todas las alarmas sanitarias", espetó Feijóo a Villares. Además, pidió a los alcaldes de las mareas elegir entre seguir el modelo del regidor de Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores, o el del socialista Abel Caballero, que gobierna en Vigo. El primero, dijo, no cobra a las instituciones sanitarias públicas el IBI ni otras tasas, mientras el segundo sí lo hace.

Durante su intervención, Feijóo también reconoció la falta de médicos, pero señaló las bajas del personal como un lastre. "Es muy difícil cubrir bajas cuando en un PAC de la zona de Vigo hay un 17% de médicos de baja", espetó. Precisamente en el área sanitaria olívica dimitió recientemente el 80% de los jefes de servicio de Atención Primaria en protesta por la pérdida de calidad del servicio.

Además, Feijóo anunció que Sanidade ofrecerá contratos de entre uno y tres años a los médicos que contrate para fomentar la estabilidad hasta que logren plaza fija en una oposición.

El portavoz de En Marea ironizó con la invitación del titular de la Xunta, pidiéndole que aclarase si le pedía una mediación para saltarse los trámites oficiales, lo que podría constituir una invitación al tráfico de influencias.

Además, Villares contradijo la bajada de fondos para la sanidad privada que proclamó Feijóo y, con datos de la patronal concertada, indicó que el dinero público para esta se incrementó de 199 millones en 2016 a 205,5 este año.

Por su parte, la nacionalista Ana Pontón reprochó a Feijóo un recorte de 2.000 millones de euros desde 2009, especificando que en Atención Primaria llegó a 188. Además, pidió la dimisión del conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña. "No puede seguir un minuto más en la silla de conselleiro porque no lo está haciendo bien", clamó.

Feijóo replicó con datos propios para defender su gestión y aseguró que el Sergas cuenta con 149 pediatras más que en 2008 y que el cupo de cada médico de Atención Primaria es menor que durante el bipartito. "Cuando gobernaban, los pacientes por médico eran 1.347, hoy son 1.275" le dijo a Pontón, si bien admitió que la "presión asistencial" es mayor por el envejecimiento poblacional.

"No respeto la forma de tensionar y politizar la sanidad pública del BNG. Tenemos uno de los mejores servicios de Europa", sostuvo el titular de la Xunta.

El empleo juvenil centró el duelo entre Feijóo y el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga, que propuso un pacto para facilitar la consecucción de un trabajo para los más jóvenes y su emancipación.