La dirección de Podemos Galicia se reúne esta tarde para decidir si rompe con En Marea o, al menos, con la cúpula que lidera Luís Villares, en protesta por lo que consideran un boicot a las primarias que solo pretende mantener el poder. También medita renunciar a participar en las primarias, lo que podría suponer la retirada de la única candidatura que compite con el aparato, liderada por David Bruzos.

La consulta a las bases de En Marea fue suspendida el pasado día 1 y todavía no hay fecha para elegir la composición del Consello das Mareas en una pugna entre los oficialistas de Villares y los críticos, con David Bruzos como punta de lanza de un bloque en que se integran Podemos, Anova, Esquerda Unida y las mareas que gobiernan A Coruña (Marea Atlántica), Santiago (Compostela Aberta) y Ferrol (Ferrol en Común).

La Comisión de Garantías, controlada por los oficialistas, alegó para la suspensión accesos irregulares al censo de militantes y abrió un pulso con el Comité Electoral, de mayoría crítica, hasta el punto de suspender a tres de sus integrantes y anunciar que pondría la cuestión en manos de la Fiscalía por posible vulneración de la Ley de Protección de Datos.

Los críticos respondieron poniendo en manos de la Guardia Civil la posible vulneración de sus derechos a la privacidad de las comunicaciones telemáticas por la decisión del aparato de En Marea de introducir de forma “unilateral” a tres nuevos miembros del Comité Electoral en el grupo del servicio de mensajería Telegram del Comité Electoral. Los tres cesados no aceptan su sustitución.

Podemos entiende que estas dilaciones responden a una estrategia de la dirección de Villares para retener el poder en un escenario de debilidad tras el último plenario de finales de octubre, en el que el sector crítico derrotó con contundencia al bloque oficial.

Fuentes del partido morado avanzan que la intención inicial de la dirección de Podemos que comanda Antón Gómez-Reino es no participar en las primarias, tras movilizar a sus bases por primera vez para que sí lo hiciesen. De hecho, el censo de En Marea creció de alrededor de 2.000 personas a 3.326 pocos días antes de cerrarse. Ahora superan los 4.500.

La reunión, sin embargo, determinará el grado de ruptura de Podemos con En Marea y si este se limita a las primarias, a las relaciones con la dirección de Villares o a la propia alianza. En un escenario tan voluble como el actual, el desbloqueo de las primarias podría variar la posición de Podemos.

De momento, Esquerda Unida no se ha pronunciado, pese a criticar la acusación de accesos irregulares al censo por parte de miembros del Comité Electoral vinculados a su organización, y Anova ha adelantado a mañana el Consello Nacional previsto para el sábado.