La crisis interna de En Marea dio ayer un nuevo giro con la intervención del Consello da Mareas, el máximo órgano de decisión política que está controlado por Luís Villares, al decidir sustituir a las empresas que gestionaban las primarias tras descubrirse que se facilitaron claves para acceder al censo de forma irregular. A día de hoy, la fecha de las elecciones para elegir a la nueva dirección sigue siendo tan incierta como el día en que se suspendieron las primarias, el 1 de diciembre, por la entrada no autorizada en el censo de inscritos.

La reunión del Consello das Mareas estuvo marcada por la ausencia de los críticos, que renunciaron a participar por considerar que se trata de "una burla y una estafa", según denunció Daniel Calvete, acompañado por Oriana Méndez y Paula Rodríguez.

Las primarias han puesto en evidencia la tremenda lucha intestina en el seno de En Marea, con dos bandos enfrentados que pugan por tomar las riendas. Por un lado está el actual portavoz único, Luís Villares, que controla el Consello, la coordinadora (el equivalente a la ejecutiva de un partido) y la comisión de garantías, y que es partidario de mantener suspendidas las primarias hasta que se corrijan las deficiencias. Y por el otro están los críticos, cuya candidatura lidera David Bruzos, que controlan el comité electoral y están integrados por Podemos, Anova, EU y los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol.

La coordinadora sostiene que dos miembros del comité electoral -afiliados a EU- accedieron de forma irregular al censo y que, según explicaron ayer Luís Villares; el responsable legal del partido, Gonzalo Rodríguez, y las viceportavoces, Ana Seijas y Victoria Esteban, existía "voluntad de hacer trampas", por lo que son necesarias una serie de medidas de seguridad que comienzan por el cambio de empresas. Sin embargo, para la dirección de EU, esas "informaciones son falsas" y, con ellas, "atacan, difaman y calumnian" a su organización.

Al terminar el Consello, Villares informó de las medidas que, a su juicio, permiten incrementar las garantías en la votación de las primarias y que estas se celebren de forma inminente, aunque la fecha la deberá fijar el comité electoral.

Lo primero será cambiar la empresa encargada de la gestión del censo después de que supuestamente alguien de la misma facilitase las claves a "terceras personas" no autorizadas para acceder a los datos, con lo que se produjo una "quiebra absoluta de confianza". Además, cambiará la empresa que organiza las votaciones, a la vez que se implementará un sistema de confirmación de voto, se exigirá un cambio de clave en el mismo momento de la votación, se contratará un servicio externo que verifique la limpieza en el proceso y, por último, se obligará a que la papeleta incluya el nombre de todas las personas pertenecientes a la candidatura.

Villares aseguró que el Consello propone estas acciones en "pleno ejercicio de sus competencias" después de que algunas personas "hiciesen lo que no debían".

"Nosotros no encubrimos actos ilícitos, no podemos pedir transparencia cuando desde el espacio no actuamos con ejemplaridad" y, por ello, "no podíamos aceptar ningún tipo de amaño por detrás", argumentó el portavoz de En Marea.