El abogado del conductor del Alvia que descarriló en Angrois, Manuel Prieto, considera que el auto de cierre de la instrucción "muestra el mismo menosprecio al factor humano que el que realizaron las organizaciones (Renfe y Adif), y que dio lugar a la catástrofe ahora instruida". "Se está exigiendo a los maquinistas un deber de diligencia superior al de las empresas que han puesto en marcha un servicio de ferrocarril con un riesgo de fallo humano previsible, sin sistema de seguridad alguno", afirma en el recurso que recoge Europa Press.

El letrado señala que Francisco Garzón "no cometió ninguna temeridad", que lo "temerario es ordenar la circulación de un tren a 200 kilómetros por hora sin establecer ni una sola medida de seguridad, ni protección para maquinistas y viajeros". "Y eso es responsabilidad de Renfe Operadora y Adif", remarca.