La lucha intestina de En Marea no cesa y cada día se enquista un poco más. El comité electoral, controlado por el sector crítico, acusó ayer a la coordinadora de Luís Villares de "secuestrar" el censo y el proceso electoral de forma que se impide votar en las primarias. Además, expresó su rechazo total a que los miembros que accedieron al censo -sin autorización según la dirección del partido instrumental- sean revocados de sus puestos dado que entiende que estaban facultados por el plenario para realizar las labores de control y custodia del censo de inscritos.

El pasado lunes, el portavoz de la dirección de En Marea, Gonzalo Rodríguez, informaba del resultado de la auditoría externa y del informe interno sobre la intromisión en el censo que motivó, el pasado día 1, la suspensión de las primarias a las dos horas de empezar. Señaló directamente a dos miembros del comité electoral como responsables del acceso no autorizado -aunque sin que se produjera manipulación- y había avanzado que se le pediría la renuncia a sus cargos. Y ayer, la coordinadora llevó a la comisión de garantías una propuesta para revocar a tres miembros del comité electoral por esa acción.

Y mientas estaban reunidos en una sala de la sede de En Marea en Santiago, justo al lado cinco integrantes del comité electoral daban su versión y reprobaban con dureza la actuación de la dirección del partido.

Sostienen que el reglamento aprobado en el último plenario le da facultades y competencias para acceder al censo y que las tres personas seleccionadas para controlar el listado de inscritos -Martiño Ramos, Pablo Nieves y Raquel Bermúdez- firmaron un documento de confidencialidad que fue facilitado por la propia coordinadora, por lo que entienden esto como una autorización "de facto" para que miembros del comité electoral accediesen al registro de personas inscritos.

Indicó además que fueron dos las personas las que accedieron de forma puntual, si bien la coordinadora propone la revocación de las tres, y que no van a renunciar de sus puestos "porque no hicieron nada malo ni ninguna irregularidad".

Además, los cinco miembros que comparecieron ante la prensa acusaron a la coordinadora de actuar con intereses "de parte", "entorpecer" el proceso y tener "secuestradas" las primarias.

Mientras, la comisión de garantías deliberaba si iniciaba el proceso de revocación, si bien desde el comité electoral precisaron que eso no afectaba al proceso electoral y que además el expediente debía ser elevado ante el plenario.

En todo caso, el comité electoral confía en que las primarias se puedan reanudar este fin de semana si se subsanan las deficiencias del proceso que motivaron la suspensión cautelar de las votaciones y se implantan las condiciones de seguridad adicionales, siendo el más complicado la verificación de la identidad del votante mediante el envío de un "sms".

Y dentro de la comisión de garantías, Manuel Nogueira se posicionó en contra de las decisiones acordadas dentro del órgano al que pertenece y que, bajo su criterio. Lo sucedido, a sus ojos, es un "despropósito". Advirtió, además, que "con los políticos pasa como con los pañales, hay que cambiarlos porque si no es así, huelen".

Por la mañana, el cabeza de lista la candidatura del sector crítico, David Bruzos, cargó contra Luís Villares y la coordinadora por adoptar "decisiones", como la paralización de las primarias, a modo de "cortina de humo" para "impedir" que se celebren las primarias.

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, consideró que al no haber "manipulación" del censo se tenía que votar cuanto antes para renovar los órganos de dirección y el regidor de A Coruña, Xulio Ferreiro, comentó que la situación por la que estaba pasando En Marea le provocaba "desazón", por lo que apeló "reconducir" la crisis "cuanto antes" para poder celebrar las primarias.