El secreto de las energías renovables, o al menos uno de ellos, está en la biomasa, "la fuente de calor limpio", como la define la Xunta, que la avala y da ejemplo de su uso al considerarla una energía "autóctona, limpia y rentable económica y ambientalmente". Entre sus objetivos, alega, está aliviar a la atmósfera de emisiones de CO2, mejorar la gestión y el rendimiento de los montes gallegos, disminuyendo el riesgo de incendios y fijando empleo en el rural, reducir la dependencia energética de los derivados del petróleo o permitir impulsar el ahorro y la eficiencia energética en familias, empresas y administraciones. De ahí que la Xunta promoviese la instalación de calderas de biomasa en 44 edificios públicos entre 2014 y 2017 y tenga previsto sumarles ahora 21 inmuebles más, desde colegios a residencias.
Además de promover una energía verde que tiene su fuente en la materia orgánica residual generada en los montes que llega a los hogares en forma de pellets o de pequeñas astillas y en la que ve potencial a la comunidad gallega para generar una industria, la biomasa tiene efectos positivos para el bolsillo. La Xunta calcula que "un equipo de biomasa disminuye en cerca de 1.000 euros el gasto en combustible en una economía familiar con respeto al gasóleo". En la Adminitración los ahorros son aún mayores y además la Xunta quiere dar ejemplo de uso de una energía verde de cuyo aprovechamiento, junto a otras energías limpias, pretende hacer líder a Galicia.
Según explican desde la Consellería de Economía, los 15 nuevos proyectos de eficiencia energética que se plantean entre este y el próximo ejercicio incluyen ubicar calderas en 21 edificios públicos. Supondrán instalar 3,7 megavatios y costarán 3 millones de euros. A cambio, se espera un ahorro anual en la factura energética de 200.000 euros y de 0,48 millones de litros de gasóleo.
Centros educativos, albergues y residencias para mayores son los principales beneficiarios de los últimos planes de la Xunta. Se sumarían a las actuaciones puestas en marcha desde 2014, incluida la red de distribución de energía térmica mediante biomasa del complejo administrativo de San Caetano, los proyectos de Ecospital, con actuaciones en diez hospitales públicos, y múltiples instalaciones en juzgados o residencias de mayores. En total, el Ejecutivo gallego desembolsa 12,3 millones, pero cuenta con ahorrar 2,2 al año.
La Xunta no es la única Administración que tiene en cuenta las ventajas de la biomasa. Según un informe del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa, España cuenta con 375 redes de calor (una instalación centralizada que distribuye la energía a varios usuarios) con biomasa y el 78% dan servicio a edificios de uso público.
Los particulares también se animan. Según el observatorio de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, en Galicia en 2017 constaban 15.028 estufas o calderas de biomasa, un 24,5% más que en 2016. La Xunta indica que sus ayudas dirigidas a hogares, empresas, administraciones y asociaciones sin ánimo de lucro han permitido apoyar la instalación de cinco mil nuevas calderas desde 2014.
