Más de medio millar de funcionarios de prisiones de toda Galicia, la mayoría de ellos trabajadores en el centro penitenciario de A Lama, se manifestaron ayer por las calles de Pontevedra para pedir mejoras laborales, principalmente la equiparación salarial y cerrar la brecha actual existente entre distintas prisiones y categorías; además de que se corrija el actual déficit de personal que padecen las cárceles.

Se trata de una situación que ha llevado a los funcionarios a secundar ya seis jornadas de huelga, dos el pasado octubre y otras cuatro que se iniciaron el pasado fin de semana y que finalizaron ayer. Además, la situación parece que en lugar de mejorar se enquista y anuncian que mantendrán las movilizaciones si el Ministerio del Interior no se sienta a negociar.

Explican que los ánimos entre el funcionariado está bastante caldeado después de que el pasado 28 de septiembre Interior retirase la propuesta que puso encima de la mesa para mejorar la situación de estos profesionales. Marcos Blanco, delegado de Acaip, recordó que ayer decidieron terminar su marcha ante la Subdelegación del Gobierno porque la propia subdelegada Maica Larriba fue una de las personas que, junto con el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, les prometieron esas mejoras.

Aparte de la subida de sueldo, los empleados de prisiones piden un incremento de las plantillas. Recuerdan que son más de tres mil las vacantes sin cubrir actualmente por Instituciones Penitenciarias y que en la prisión de A Lama el déficit es de medio centenar.

Blanco también llama la atención sobre la necesidad de mejorar el protocolo de actuación contra las agresiones y recordó que el colectivo sufre "una agresión al día en cada centro penitenciario". Vinculan este problema con la insuficiencia de las plantillas.

Además, José Carlos Moreno, de Comisiones Obreras, asegura que la falta de personal complica también la labor esencial que tiene todo el sistema penitenciario español, que es la reeducación y reinserción de los internos.

La jornada de protesta se saldó con una carga policial ante el penal de Teixeiro (A Coruña), donde una veintena de antidisturbios intervinieron ante el bloqueo de los protestantes en el acceso al penal. Durante el paro impidieron las visitas de familiares y las salidas de presos.