Descenso de la criminalidad por la mejora económica, aumento de las condenas a trabajos en beneficio de la comunidad, repunte de las expulsiones de inmigrantes con delitos menores y apuesta de Instituciones Penitenciarias por el régimen abierto. Son los factores clave que han permitido aliviar la sobrecarga de población reclusa en los penales de todo el país en los últimos diez años. Galicia está en los primeros puestos de las tablas de descongestión carcelaria de la última década, en concreto es la segunda comunidad con el mayor desplome del número de internos entre rejas. De los casi de 5.100 presos que cumplían condena en los cinco penales gallegos en 2008 se ha pasado a los poco más de 3.200 registrados el pasado mes de octubre, lo que se traduce en una caída del 37%. Un descenso solo superado en este periodo por Castilla y León (-37%), que hace una década superaba los 7.200 reclusos y que en la actualidad cuenta con 3.910.

Si hace diez años las prisiones de Galicia eran las sextas del país más saturadas -por detrás de las de Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla y León-, en la actualidad cayeron un puesto por la escalada de Canarias en la lista -con más de 3.300 encarcelados-, según datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

La descongestión carcelaria en la comunidad gallega se queda muy por encima de la experimentada en el conjunto del país. Casi el doble: un -37% frente a un -19,7% de la media nacional. Los penales en España sumaban hace diez años más de 73.500 reclusos y a día de hoy son poco más de 59.000. A la cabeza de las estadísticas de penados en prisión está Andalucía (con más de 13.600), seguida de Cataluña (casi 8.500), Madrid (más de 7.700) y Comunidad Valenciana (6.600). En el extremo opuesto, se sitúan Navarra (apenas 300), La Rioja (308) y Cantabria (563), las únicas autonomías por debajo del millar de reclusos.

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En el último año, los centros penitenciarios en España experimentaron un ligero repunte (0,44%). Pero Galicia figura en la lista de las seis comunidades que siguieron reduciendo la cifra de presos -un 2,5%-, junto con Comunidad Valenciana (-0,47%), Castilla y León (-4,3%), Asturias (-5,2%), Castilla-La Mancha (-2,47%) y Extremadura (-0,7%),

En el año 2011, Interior empezó a flexibilizar el régimen abierto para aliviar la saturación de los penales, ampliando la posibilidad de cumplir las penas de cárcel en régimen abierto. El objetivo que se marcaron entonces desde Instituciones Penitenciarias era conseguir que el 25% de los reclusos cumplan su condena fuera de prisión -bien en un centro de reinserción social, secciones abiertas de un centro penitenciario o unidades dependientes- o incluso que no tengan que acudir a ningún centro si así lo establece la junta de tratamiento de la cárcel. Este porcentaje es la media de los países del entorno, pero hay casos como el británico que alcanza el 50% de condenados en régimen abierto.

Por primera vez en 2011 la población reclusa en Galicia se situó por debajo de los 4.000 internos. Desde entonces se mantiene una tendencia a la baja que llegó a su mínimo histórico este año.

Pero es la apuesta de jueces y fiscales por los trabajos en beneficio de la comunidad para aquellos delitos leves la que ha permitido una mayor descongestión carcelaria. Las casi 5.800 penas alternativas a prisión dictadas el año pasado en Galicia suponen casi el doble de la población reclusa. El grueso de las condenadas a tareas sociales o programas formativos y de reeducación son por delitos leves en materia de seguridad vial o violencia de género, seguidos de los ataques al patrimonio y las lesiones.

Desde el centro penitenciario de Teixeiro destacan que la disminución de la criminalidad en los últimos años también ha contribuido a reducir el volumen de presos, así como el descenso en los flujos migratorios que ha reducido la población reclusa extranjera y la reforma del Código Penal de 2012 que permite la expulsión de inmigrantes condenados a más de un año de prisión. "Si antes hace años la población reclusa extranjera suponía casi el 40% del total, en la actualidad apenas representa el 30%", apuntan desde la cárcel coruñesa.

El perfil del recluso que más ha aumentado en los últimos años es el de aquel que ingresa por quebrantamiento de condena, bien por delitos contra la seguridad vial o de violencia de género. El grueso de los presos que cumplen condena en Galicia están entre rejas por delitos contra la salud pública o robos, ya que en los últimos años los etarras internos en la comunidad fueron saliendo de prisión al cumplir la pena impuesta.

En la actualidad, son 34 los detenidos por terrorismo que cumplen condena en la comunidad, con un porcentaje casi idéntico entre los presos yihadistas y etarras.