La exigencia del mercado lleva a cerca de 12.000 adultos a sacar FP por las tardes
Son trabajadores de entre 30 y 50 años que necesitan formación para competir en su sector o ampliar el abanico -La cifra se triplicó en diez años por el efecto de la crisis

Estudiantes del módulo de adultos en una clase de tarde del ciclo de Soldadura. // FdV
Vigo
Muchos de ellos y ellas llevan años en el mercado laboral, en sectores como automoción, climatización, jardinería o soldadura sin pensar que llegaría un día en el que la ausencia de titulación oficial en sus currículos podría ser un hándicap para continuar trabajando. Otros poseen una titulación previa pero necesitan reciclarse y avanzar para abrir el abanico en caso de que su evolución en el puesto de trabajo actual se paralice. La exigencia del mercado laboral lleva a casi 12.000 personas a cursar módulos de Formación Profesional por las tardes, en el régimen de educación para adultos. El horario les permite combinar los estudios con los horarios de trabajo y/o las tareas familiares y personales.
El alumnado puede adaptar el ritmo de estudio con la elección de cursos completos o por módulos. En el CIFP Valentín Paz Andrade de Vigo, por ejemplo, prácticamente la mitad del alumnado del centro está en régimen de adultos, acuden por las tardes. A diferencia de sus compañeros de enseñanzas que asisten a clase por las mañanas, los alumnos de las tardes suelen estar entre los 30 y los 50 años. De los casi 26.000 estudiantes que hay este curso en Educación de Adultos en Galicia, el 50% son alumnos y alumnas de módulos y FP vespertina, el grupo más numeroso. A distancia se sitúan los mayores que deciden sacar Secundaria, son la mitad prácticamente, unos 6.000 adultos. Y en Bachillerato algo más de 4.000.
Hace una década, en el curso 2008/2009, solo eran 3.500 los adultos que optaban por estudiar Formación Profesional por las tardes. Hoy la cifra se ha triplicado. Con la crisis económica se notó el regreso a las aulas de miles de jóvenes que carecían de titulación previa y aprovecharon la etapa de inactividad para ampliar la formación. Tanto que la cifra de estudiantes en régimen de adultos llegó a su máximo en el curso 2014/2015, con cerca de 29.000 personas matriculadas en las distintas modalidades: de ellas, 13.300 en la categoría de Formación Profesional.
Desde ese momento, cuatro años atrás, la cifra descendió ligeramente. No obstante, el volumen de estudiantes en esta modalidad sigue siendo muy elevado. La necesidad de diferenciarse a través de la formación en un mercado laboral cada vez más exigente ha calado, se percibe en el perfil de los estudiantes, según apuntan docentes consultados.
Marta Rodríguez lleva años trabajando en el sector de la automoción en la industria viguesa. Como muchos de su generación era una salida segura, en un sector con mucha proyección y trabajo estable. Por eso, como ella, parte de los jóvenes se formaron en los propios puestos de trabajo. Empezó a los 17 años y ahora tiene 45. Y creyó que era el momento para avanzar y subsanar esa asignatura pendiente por carecer de titulación en su currículo. Mucha experiencia pero sin titulación concreta. En su caso ha optado por un Ciclo de Soldadura y Calderería. "Son habilidades que también se requieren para el sector de la automoción y creo que me puede dar un plus en mi experiencia laboral", cuenta Marta. Según Alfonso Silva, director del CIFP Valentín Paz Andrade, el alumnado debe tener una compatibilidad horaria del 90% para poder cursar los ciclos por la tarde, por ello la distribución de los ciclos se realiza por franjas horarias. "La dificultad de los estudios es la misma que los ciclos que se imparten por la mañana", cuenta Silva. Expresa que cuatro años atrás el centro alcanzó su tope con 1.000 alumnos, y de ellos 450 eran de adultos. "En ese momento venían licenciados en busca de mayor formación. Ahora también pero quizás menos. Son perfiles de gente dispuesta a ampliar currículo para prosperar", concluye Silva.
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