Uno de los principales investigados en la operación Pokemon, el exedil de Lugo y expresidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil Francisco Fernández Liñares, aseguró ayer ser una víctima de la jueza Pilar de Lara, a la que el poder judicial ha abierto expediente por prolongar la instrucción excesivamente de un caso que estalló en 2011 y que analiza el pago de sobornos a cambio de contratos públicos.

Liñares se declara "absolutamente inocente" tras ser detenido en 2012 acusado de cohecho y tráfico de influencias y considera que "se veía venir" la investigación a la juez por el retraso de la instrucción.