Tener al día el pago de recibos, cambiar de compañía eléctrica, comprobar los ingresos por rentas puntualmente, e incluso poner en venta un piso o la madera de un monte ? Un total de 332 mayores reciben en Galicia ayuda para estas y otras gestiones de personal de la Fundación Galega para a Tutela de Persoas Adultas (Funga). La última decisión es suya, pero precisan asesoría o colaboración para los trámites, trámites que muchas veces cumplimentan hijos, nietos o sobrinos, pero hay casos en que no hay parientes cercanos que puedan ayudar.

El elevado envejecimiento en Galicia dispara los casos. En 2009, eran 105 los mayores que recibían esta labor de asesoría, , en 2013, la cifra ya se había duplicado. Y ahora son más del triple: 332.

Esta ayuda de la Xunta se presta a través de la figura jurídica de la curatela, y está dirigida a personas "con capacidad de obrar, pero cuyo nivel de autogobierno está afectado de forma moderada, y por ello precisan del apoyo de un tercero para la realización de ciertas actividades", explican desde la Consellería de Política Social. "No se trata de una tutela", remarcan desde el departamento que dirige Fabiola García. "Se les presta ayuda, pero la voluntad es suya", insisten.

La Xunta pone como ejemplos más habituales el caso de una persona, con su capacidad de obrar modificada por sentencia judicial, a la que únicamente se le gestiona su patrimonio a partir de un cierto volumen, y siempre respetando su voluntad. También hay curatelas médicas, en las que solo se interviene desde Funga para velar por su salud, y encargarse de que esa persona se tome las medicinas, acuda a las revisiones médicas, se haga las pruebas pertinentes, ?

Las curatelas son en muchas ocasiones un paso previo a la tutela, cuando la Xunta se hace responsable por completo de un mayor. Se considera que su capacidad de obra está afectada de manera importante, ya sea por una enfermedad física o psíquica, y no tiene nadie que se haga cargo de su cuidado. Ahora están tutelados por Funga 1.776 personas, cuando en 2009 eran 926.

Además la Xunta asume la defensa judicial de 696 mayores, que están inmersos en procesos judiciales para decidir sobre su capacidad. Un ejemplo, muere la persona que ejercía la tutela del mayor, y la Xunta le representa durante el proceso judicial para designar un nuevo tutor, que finalmente puede ser el Gobierno autonómico u otro pariente. Esta figura también se utiliza en caso de conflicto entre el tutor y la persona titulada.

La Fiscalía del TSXG advertía hace poco de que "los expedientes de incapacidad incoados en Galicia en los últimos cinco años se incrementaron en un 32%, al pasar de 2.600 en el año 2013 a 3.455 en 2017".