La fotografía fija de los gastos en personal de los concellos en los últimos años es una montaña rusa: aumentaron en los ejercicios anteriores a la crisis hasta cotas nunca antes vistas, cayeron durante cuatro años seguidos (entre 2011 y 2014) y han vuelto a repuntar en los últimos tres. Eso sí, pese a estos incrementos, la cifra de 2017 aún es un 5% inferior a la que destinaron las administraciones locales gallegas para remunerar a su personal en 2010. Los ayuntamientos de la comunidad presupuestaron el año pasado 733 millones para pagar a todos sus trabajadores, la cifra más alta de los últimos seis ejercicios. Fueron 11,4 más que un año antes (+1,5%), pero 41,7 menos (-5%) que en 2010.

En los años anteriores a la crisis, la entrada de dinero vía impuestos en las arcas de los concellos también repercutió en el personal que trabajaba en ellos. Aumentó el número de empleados y con ello también la partida para retribuirlos. Pero llegó la crisis y el panorama cambió. Las administraciones locales se apretaron el cinturón para recortar sus gastos y una de las partidas que más redujeron fue la dedicada a pagar los sueldos de sus plantillas. Pero esa bajada no tuvo la misma intensidad con la que habían aumentado los gastos en personal en los años anteriores.

El año 2010 fue el último en el que aumentó la cifra dedicada a pagar a los empleados de los concellos. Aquel ejercicio se llegó a los 774,9 millones, una cantidad récord que no se había logrado antes y que no se ha vuelto a alcanzar. A partir de ese año, y coincidiendo con la entrada de las nuevas corporaciones municipales en mayo de 2011, llegaron cuatro ejercicios de recortes: 745 millones en gastos de personal en 2011; 723 en 2012; 704 en 2013 y 703 en 2014.

Pero tras cuatro ejercicios de bajadas, ha comenzado una nueva época expansiva de las cuentas de las administraciones locales, que ha coincidido con las elecciones locales de 2015. Ese ejercicio, por primera vez tras cuatro años de disminución del dinero reservado para pagar las nóminas de los trabajadores, los concellos dejaron de apretarse el cinturón y la partida para las sueldos aumentó (un 0,7%). En 2016 volvió a crecer (un 1,8%) y en 2017 lo hizo un 1,5%, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda.

Con respecto a 2016, de los siete conceptos en los que se desglosan los gastos de las plantillas de las corporaciones municipales, los siete aumentaron en 2017. De ellos, hay tres que aglutinan nueve de cada diez euros que reservaron para pagar a sus empleados. La más cuantiosa es la del personal funcionario (el 41% del total), con 303 millones; le siguió la del personal laboral (26%), con 196, y en tercer lugar, las cuotas, prestaciones y gastos sociales (23%), con 171. En otras partidas como la de los altos cargos se gastaron 24 millones; en incentivos al rendimiento, 19, y en personal eventual de gabinete, 5,5.

Si los ayuntamientos rompieron en 2015 la racha de cuatro años de recortes en las nóminas de sus trabajadores, en las cuatro diputaciones la evolución ha sido diferente. De los seis últimos ejercicios, en los cuatro primeros el gasto se mantuvo (133 millones en 2012 y 2013, y 130 en 2014 y 2015). Sin embargo, en 2016 volvió a crecer. Lo hizo un 5,3% -casi tres veces más que los ayuntamientos- hasta los 137 millones. Y en 2017, volvió a caer un 0,6% hasta los 136,7. Si los concellos, pese a la subida de los últimos años, aún poseen una partida un 5% inferior a su récord de 2010, en el caso de las diputaciones es un 6,3% menor.

Al igual que sucede con los ayuntamientos, nueve de cada diez euros que las diputaciones reservaron el año pasado para los gastos de personal fueron a tres partidas: personal funcionario (el 47% del total); cuotas y prestaciones (23%) y personal laboral (19%). De las siete partidas en las que se dividen los gastos de las plantillas bajaron todas excepto la de personal laboral.

Para este año, los ayuntamientos han presupuestado que se gastarán en sus trabajadores 831,8 millones y las cuatro diputaciones, 145,3. En ambos casos no se puede hacer una comparación con los datos de 2017, porque estos ya están cerrados y los de 2018 son aún estimaciones que cuando se presente la liquidación de los presupuestos pueden tener variaciones. Pero lo que sí se puede realizar es una comparación con la estimación de gasto que habían previsto las administraciones locales en 2017. Los ayuntamientos presupuestaron ese año 742 millones. Al final se quedaron en 733, y las diputaciones, 138. Al final fueron 136. De todas formas, la estimación de gasto para 2018 (831 millones y 145) es más elevada que en los últimos ejercicios.

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