La mayor rebaja fiscal que la Xunta aplicará el año que viene beneficiará a los gallegos que posean propiedades valoradas en más de 700.000 euros, que se ahorrarán en total doce millones de euros en impuestos gracias a un descenso del 20% en la tasa sobre patrimonio. Esta decisión generó un choque ayer entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz de En Marea, Luís Villares, que acusó al primero de conceder "un favor a los más ricos mientras mucha gente no llega a fin de mes". El jefe del Ejecutivo se revolvió para defender una decisión que, según su visión, no es una bajada de impuestos, sino un regreso al tipo impositivo previo a 2013 y el mismo que aplica el resto de comunidades, como Castilla-La Mancha, citó, "donde Podemos gobierna con el PSOE".

La deducción fiscal que aplicará la Xunta el año próximo beneficiará a más de 7.700 contribuyentes, que actualmente pagan 78 millones por este gravamen, que recaudó 43,5 millones en 2013, 90,1 en 2014, 67,8 en 2015 y 71,8 en 2016. Los efectos de la reforma se notarán en la recaudación de 2020, ejercicio de elecciones autonómicas.

Feijóo alegó centrar sus rebajas fiscales en las rentas medias y bajas durante sus casi diez años de gestión y reivindicó haber mantenido una subida en el tipo de Patrimonio desde 2013 frente a las críticas de Villares. "En Galicia viven 108.000 personas en situación de pobreza severa con ingresos inferiores a 342 euros al mes", esgrimió este último para asegurar que con la recaudación que la Xunta dejará de ingresar podrían "vivir 54.000 personas" o pagarse "3.700 risgas [rentas de inclusión social] o 60.000 guardias médicas para PAC's como el de A Estrada", en alusión al centro médico donde este verano falleció una persona que no pudo ser atendida al llegar al mismo por falta de facultativo. Eso sí, Villares elevó a 18 millones el coste de la rebaja, si bien la Xunta prevé 12.

El portavoz rupturista recurrió a las comparaciones para dibujar una Xunta plegada a los más ricos. "Para patrimonios de más de diez millones, los multimillonarios llevarán un regalo de casi 40.000 euros año [?]. ¿Cómo explica este favor fiscal a los ricos mientras el 40% de la ciudadanía no llega a final de mes?", cuestionó.

Feijóo combatió su visión "apocalíptica" recordando que la tasa de pobreza actual es inferior a la de 2008 y sacó de nuevo a colación la situación de Venezuela, utilizándola como ariete para deslegitimar a Villares por defender el modelo de ese país, al que el juez en excedencia no se refirió.

El también líder del PP recurrió a unas declaraciones de Íñigo Errejón, candidato de Podemos a presidir Madrid, en las que aseguraba que en Venezuela "se comía tres veces al día", pese a la crisis en el país. Ante la cara de incredulidad de Villares por la cita, Feijóo justificó. "Si no fuese por Podemos, no estaría ahí", le dijo.

En ese hilo argumental, aprovechó para arremeter, a siete meses de las elecciones municipales, contra la gestión de las autodenominadas alcaldías del cambio en Santiago, A Coruña y Ferrol. "Ustedes gobiernan en muchos sitios en Galicia. La Xunta hace la política contra la pobreza que no hacen los alcaldes", le afeó Feijóo.

La precariedad laboral también fue el motivo del cara a cara de Feijóo con el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga, quien denunció la precariedad laboral (elevada temporalidad y bajos salarios) y lamentó que los jóvenes que se ven obligados a "irse" de la comunidad o vivir "en condiciones precarias". El 90% de los contratos firmados en el último año son temporales, aseveró.

Feijóo admitió que la calidad del empleo es "mejorable", si bien reivindicó que en Galicia se crean "más" puestos de trabajo indefinidos y "a tiempo completo" que en el conjunto de España. También alertó contra la subida del salario mínimo y aludió al posicionamiento en contra del Banco de España y otros organimos, que temen la destrucción de miles de puestos de trabajo.