Un médico de familia o la enfermera que le toma a un anciano la tensión tienen contacto con los mayores, incluso con los que no tienen familia. Por eso, el Consello de Bioética de Galicia considera que los profesionales sanitarios pueden ser "proactivos" en la detección de los factores de vulnerabilidad que amenacen el proyecto vital de los ancianos, especialmente si viven solos.

Así, "garantizar un seguimiento específico de los ancianos que viven solos o con escaso apoyo social y familiar y establecer alertas de las situaciones de vulnerabilidad" es una de las misiones que el Consello encomienda a los profesionales sanitarios, a los que anima también, en el capítulo de recomendaciones, a favorecer la atención primaria y evitar "en lo posible" la hospitalización y a "promover la planificación anticipada de las decisiones y la elaboración del documento de instrucciones previas".

Esa es una de las tareas que aconseja enfatizar a la Administración, a la que pone otros deberes, como "potenciar una valoración y resolución de la dependencia más ágil y adaptada a las circunstancias de las personas ancianas", el añadir la atención a la vulnerabilidad del cuidador como parte "esencial" de la asistencia al anciano a o el ajustar las nuevas tecnologías a las circunstancias y necesidades de los mayores vulnerables.

Además, insta a la Xunta a "dinamizar la coordinación eficiente entre el sistema sanitario y el sistema social y promover planes individualizados de atención que integren" las necesidades sanitarias y sociales de cada anciano y planificar una asistencia al colectivo "acorde" con la realidad demográfica de Galicia, que "ponga especial énfasis en la atención primaria, domiciliaria y en los hospitales de día".