La Xunta permitirá la eutanasia de animales de granja maltratados porque al incautarlos se encuentra con "la problemática de no disponer de instalaciones y medios, personales y materiales, para hacerse cargo de estos animales". Así que ha decidido regular por ley "la eutanasia in situ o el sacrificio en matedero" para estoos casos.

La Lei de Acompañamento dos Presupuestos de 2019 incluye un artículo, que bajo el epígrafe "Medidas en materia de bienestar animal en los animales de producción" establece que puedan ser sacrificados los animales de granjas, por ejemplo vacas, caballos, burros, ovejas,pero también perros, incautados a sus dueños porque estos los maltratan.

La Xunta de forma preferente apuesta por su venta, a través de una puja o adjudicación directa, o por su cesión gratuita a entidades sin ánimo de lucro que desarrollen actividades relacionadas con el bienestar y la protección animal. Si esto no fuese posible, abre la puerta a la muerte del animal, teniendo en cuenta "el estado de los animales y cuando los principios de bienestar animal lo requieran". Es decir, sacrificar sobre todo a animales que están en mal estado, tras el maltrato o las pésimas condiciones de vida a las que han sido sometidos. Estos animales resultará difícil venderlos y no siempre hay entidades sin ánimo de lucro dispuestas a acogerlas. El Gobierno autonómico también carece de instalaciones para darles un hogar. Por todo ello, la Xunta se ve abocada a la eutanasia.

Sanciones

El Ejecutivo gallego regula el sacrificio de estos animales el mismo año en que entró en vigor la Lei de benestar animal que, por el contrario, castiga el sacrificio de animales con multas de entre 5.001 y 30.000 euros.El objetivo de la nueva norma es prohibir la eutanasia como método de control de los animales domésticos. Solo se permite la eutanasia para evitar el sufrimiento del animal, siempre que esté prescrita y realizada por un veterinario. Con la anterior norma, los centros de recogida podían sacrificar animales domésticos cuando llevasen más de tres meses en sus instalaciones.

Cuando se debatió esta ley, a finales del año pasado, los centros de acogida de perros y gatos advirtieron de que la prohibición de la eutanasia iba a saturar sus instalaciones. Entonces, la Xunta anunció ayudas para estos refugios para que puedan acoger a más animales e incluso apuntó la posibilidad de "abordar la construcción de nuevos centros". Ahora precisamente la falta de instalaciones para dar cobijo a los animales de granja maltratados es la justificación empleada para permitir su sacrificio.

Aunque ahora se regulará por ley la eutanasia de animales de granja que sean decomisados a sus propietarios, en Galicia ya se han sacrificado animales en estas condiciones. En abril de 2016, se encontraron en una granja de Chantada, en Lugo, 40 vacas muertas y 26 famélicas. La Consellería de Medio Rural autorizó al dueño de la explotación su muerte en matadero., dado su deteriorado estado de salud.

La decisión suscitó polémica y hubo un concenración frente al matedero de Monfoerto, exigiendo detener el sacrificio y pidiendo que las vacas fuesen adoptadas por simpatizantes con la causa.