Pese a un arranque de año con un descenso de la accidentalidad en la red viaria gallega, el número de fallecidos en lo que va de año repuntó casi un 40%, al pasar de las 67 víctimas mortales registradas entre enero y octubre del año pasado a las 92 en el mismo periodo de este ejercicio. Además, estos 92 muertos en siniestros de seguridad vial suponen un 21% más que los 76 contabilizados en todo el 2017.

Del total de fallecidos en Galicia, cuatro de cada diez personas perdieron la vida en siniestros ocurridos en carreteras de la provincia coruñesa, con 39 muertos, un 30% más que hace un año. El aumento más elevado se dio, sin embargo, en Ourense al triplicarse el número de víctimas mortales en la red viaria, de las cinco del año pasado a las 15 en lo que va de 2018. Tanto en Lugo como en Pontevedra desde enero a octubre se contabilizaron 19 muertos en accidentes de tráfico, si bien en la provincia lucense ese dato supone un incremento del 36% respecto al año pasado, mientras que en la pontevedresa se queda en un 6% al sumar un fallecido más que durante los mismos meses de 2017.

Además de un mayor número de víctimas, también se elevó en un 42% la cifra de accidentes mortales, de 62 a 88 en un año. Solo en los meses de enero y abril se redujeron los siniestros, mientras que en febrero se mantuvieron. En el resto de meses la tendencia fue al alza. Abril fue el único mes sin accidentes y los valores más elevados se dieron durante el verano con 11 siniestros tanto en junio como en julio y una decena en agosto. Las cifras se elevaron aún más con la llegada del otoño, con 15 casos en septiembre y solo uno menos en octubre.

Las estadísticas del mes pasado que publicó ayer el Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste recogen que los 17 fallecidos en las carreteras de la comunidad en octubre suponen un 55% más que los 11 del año pasado. El mes pasado solo Pontevedra mantuvo su contador a cero frente a las tres víctimas de octubre de 2017.

A Coruña contó con el dato más alto con ocho muertos, que elevan la siniestralidad en un 33%. En las provincias del interior octubre del año pasado se saldó con una víctima mortal y este ejercicio, ese dato se triplicó en Ourense al contabilizarse tres casos y se multiplicó por seis en Lugo con seis muertos. Estas 17 personas perdieron la vida en 14 siniestros, de los que ocho -casi el 60%- fueron salidas de vía producidas seis de ellas por colisiones y tres por volcar el vehículo, mientras que las cinco restantes no están tipificadas. La mitad de las víctimas mortales se concentró en dos franjas de edad, la de 25 a 35 años y la de 56 a 65 años, con cuatro casos en cada una.

El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, mostró ayer su preocupación por estos resultados y anuncio que está convocada para el próximo miércoles la comisión de seguridad vial "para analizar los datos y tomar medidas que se puedan compartir con otras administraciones".

Desde el próximo lunes hasta el domingo de la semana que viene, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil vigilarán las vías convencionales para controlar, además de la velocidad, los adelantamientos indebidos, la ingesta de alcohol o drogas o el uso del teléfono móvil.