Las fuerzas internas de En Marea se reordenan y los críticos han logrado infligir a la cúpula de Luís Villares su primera derrota. Ampliaron el plazo para inscribirse y participar en las primarias a la dirección, abrieron la puerta a la contratación de liberados en una coordinadora donde ya no será obligatoria la proporcionalidad entre los sectores internos y, sobre todo, tumbaron el documento político oficial, una impugnación en toda regla del liderazgo de Villares. La victoria no fue completa, pues la división entre los críticos impidieron aprobar un sistema de listas abiertas para las primarias en un plenario tenso que evidenció una paradoja. Pese a proclamarse el partido de la "unidad popular", la quiebra interna y la crispación presidieron una sesión que aún continúa.

Por 271 votos frente a 181, los críticos aprobaron una enmienda a la totalidad al documento político oficial que básicamente supone una panoplia de críticas a la gestión de la actual dirección. Le afean el "mecenazgo" sobre las mareas locales, una política de "desgaste interno" y la sumisión al discurso de la derecha, algo sobre lo que se mostró dolido Villares. Él defendió la hoja de ruta política oficial y personificó la derrota frente a unos críticos nucleados en torno a Anova, Compostela Aberta, Marea Atlántica, Ferrol en Común, Esquerda Unida y Podemos. Solo los dos primeros contaron con sus máximos referentes en el plenario, Antón Sánchez y Martiño Noriega. No acudieron los alcaldes Xurxo Ferreiro, Jorge Suárez, Eva Solla y Yolanda Díaz o Antón Gómez-Reino.

Antes, el caos se adueñó del plenario, que fue suspendido por la negativa del aparato a permitir la participación en el plenario de una veintena de personas que no habían formalizado correctamente su inscripción. La cuestión se votó y los críticos lograron, por 298 votos a favor y 230 en contra, que se les permitiese participar, alegando problemas técnicos en su registro.

La tensión se disparó al inicio de la sesión al impedirle a ese colectivo acceder al plenario. La diputada de En Marea Luca Chao llegó a espetar: "nos están robando el plenario". Sus palabras evidencian la tensión entre el sector oficialista y los críticos, que también lograron tumbar la propuesta oficial de la mesa del plenario e imponer la suya.