Hace unos días se cumplió un año de la ola de incendios que arrasó casi 50.000 hectáreas en apenas tres jornadas y causó la muerte de cuatro personas. La lucha contra esta lacra incorporó novedades normativas en la Lei de Acompañamiento del año pasado, el cajón de sastre normativo tramitado al mismo tiempo que los presupuestos, como ampliar de 30 a 50 metros el espacio vetado a eucaliptos y pinos respecto a las viviendas en Pontevedra y A Coruña o permitir la limpieza de maleza en parcelas de dueño desconocido o ilocalizable si estas se encuentran en las franjas de seguridad. Ahora, el Ejecutivo dará otro paso en esa dirección y podrá forzar tareas preventivas adicionales en fincas en estado de abandono para reducir el riesgo de propagación de los fuegos.

Este es uno de los cambios introduce en la Lei de prevención e defensa contra os incendios forestales partir de 2019. El artículo 12 será modificado para facultar a la Consellería de Medio Rural a "poder declarar perímetros de alto riesgo de incendios, con carácter no permanente, en aquellos lugares en los que el estado de abandono signifique un alto riesgo de propagación de incendios forestales".

La propuesta partirá de los distritos forestales y podrá suponer, a mayores de las obligaciones en las fajas de seguridad cerca de las casas, actuaciones como desbroces o "quemas controladas", preferentemente en "márgenes de pistas" y en "áreas cortafuegos". Los dueños de los terrenos dispondrán de quince días para acometer esas áreas o las asumirá Medio Rural, previsiblemente cargándoles luego la factura.

Los cambios normativos afectan también a la sanidad. La Xunta creará una nueva categoría laboral: el pediatra de área. Este podrá trabajar en atención primaria y hospitalaria. Los profesionales actuales podrán integrarse en la nueva categoría en el futuro.

Ese cambio pretende elevar el margen de maniobra de la Consellería de Sanidade en la atención a los niños y paliar el déficit de estos sanitarios, que ronda los 40. En verano, por ejemplo, dejó centros de salud sin pediatras al no encontrar sustitutos y agrupó los disponibles en los grandes ambulatorios de cada comarca. En Pontevedra, los pediatras de 47 concellos fueron distribuidos en 23 centros.