La reforma de la financiación autonómica no puede esperar más. Y no vale como excusa para postergar el debate la crisis política derivada de Cataluña o la debilidad parlamentaria en el Congreso. Eso cree el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien ayer anunció que va a pedir la convocatoria de la Conferencia de Presidentes "para que los representantes del Estado en las 12 comunidades puedan abordar un debate imprescindible para continuar prestando unos servicios públicos de la máxima calidad".

Feijóo advirtió que no acepta que "se ponga la situación de Cataluña de excusa" para no abrir el melón de la financiación autonómica, como interesa al resto de comunidades autónomas, recordando que hay seis autonomías -de distinto signo político y entre las que está Galicia- que ya han pactado una "posición común" y que otras han solicitado adherirse al frente. "No se puede aplazar sine die ni vale escudarse en la debilidad parlamentaria porque los ciudadanos no tienen por qué ser rehenes de esa situación", censuró.

El presidente de la Xunta se manifestó también en contra de impulsar una reforma constitucional con el único fin de "contentar" al independentismo catalán. "El Estado somos todos. Galicia y los gallegos somos afortunadamente una nacionalidad histórica del Estado, y ese Estado también nos pertenece", aseveró Feijóo, quien añadió que ve "con tristeza, bochorno y amargura lo que ocurre en Cataluña", no sin antes dejar claro que "tanto la rebelión como la sedición contra el Estado constitucional es un ataque directo a la autonomía gallega".

Feijóo reprobó el independentismo y llegó a compararlo con el Golpe de Estado del 23-F para quienes justifican la reforma constitucional amparándose en que el Estado de las Autonomías ha fracasado. "Me pregunto si no habría sido un despropósito considerar que el sistema democrático era un fracaso, aportando como prueba el golpe de Estado del 23-F. Me pregunto igualmente si habría sido sensato adaptar la Constitución con el objeto de contentar a los golpistas. Ni se entendería en aquel momento ni tampoco se entendería ahora", comentó.

A renglón seguido, confesó que considera que se puede "mejorar" la Constitución y, de hecho, reconoció que le gustaría que "se reactivasen los trabajos de la ponencia encargada de evaluar la reforma del Senado, un asunto que debería ser prioritario en una hipotética modificación de la Carta Magna". Pero desde luego no ve "adecuado" embarcar al país "en un proceso tan arduo, sin conocer la ruta, el destino y la tripulación".