A finales del pasado mes de abril, poco antes de la moción de censura contra Mariano Rajoy, el Ministerio de Hacienda había anunciado que estaba preparando un plan nacional contra el absentismo en la Función Pública en el que se preveían sanciones para casos reincidentes. Cada comunidad autónoma iba a tener que diseñar un programa de control específico y difundir con una periodicidad semestral los datos, clasificados por su causa, sobre el absentismo laboral entre los trabajadores públicos. El cambio en Moncloa acabó con la iniciativa y la Xunta no facilita las cifras de absentismo, pero este periódico ha tenido acceso a los datos oficiales sobre las ausencias justificadas al puesto de trabajo de los funcionarios de la administración xeral durante el primer semestre del año. Y resulta que no se trabajaron casi 200.500 jornadas completas entre los meses de enero y junio. Teniendo en cuenta que la administración xeral de la Xunta -aquí no entra el personal del ámbito sanitario, del docente y de la justicia- está formada por 15.735 empleados públicos, el resultado es que de media cada uno cogió 13 días de permiso (12,7 concretamente), al margen de las vacaciones.

En total son más 50 las modalidades de ausencias a las que tienen derecho los trabajadores públicos, desde la baja por enfermedad, cuidado de mayores o niños a cargo, acompañamiento a revisiones médicas de hijos o asuntos propios. Si a todas ellas se le suman las vacaciones, entonces las jornadas que no se trabajaron durante el primer semestre de este año ascienden a 322.000.

La cifra más alta de jornadas no trabajadas corresponde a las autorizadas por asuntos particulares que no hace falta justificar, los conocidos como moscosos, días de permiso de libre disposición que tienen los funcionarios y otros colectivos y que toman su nombre del entonces ministro Javier Moscoso que los autorizó en 1983. Aunque su cifra ha variado en los últimos años, actualmente son seis días con carácter general -pueden aumentar en función de la antigüedad-.

Por esta razón, entre enero y junio, según los datos de la Xunta, se tomaron 98.964 días libres por un total de 13.679 trabajadores públicos.

El segundo bloque de jornadas sin trabajar se corresponde con el epígrafe de "autorización expresa". Son casi 35.000 días de las que se beneficiaron 4.491 empleados públicos.

En tercera posición figuran las "ausencias con justificación circunstancial", que son aquellas cuando el trabajador tiene que dejar su puesto por motivos no previstos estrictamente en la normativa, pero justificables. Como acudir al colegio a recoger un hijo que se ha puesto enfermo o presentar una denuncia por robo. En este caso, la autorización queda a discreción del responsable de la unidad administrativa en la que trabaja el funcionario. Por esta razón se concedieron 15.500 permisos a 14.400 trabajadores.

Por enfermedad apenas se llegan a los 6.400 días y por acudir al médico superan por poco las 5.500 jornadas sin trabajar. El resto se reparte en una amplia relación de motivos, todos ellos con justificación, que van desde traslado de domicilio a enfermedades y fallecimientos de familiares en distinto grado pasando por el cuidado de mayores, personas menores, dependientes, bodas, adopciones, exámenes, conciliación o acompañamiento a revisiones médicas.

Aparte de estas 200.500 jornadas sin trabajar se encuentran otras 5.254 correspondientes al teletrabajo. Son los días que los 213 empleados inscritos en esta modalidad de trabajo no van a la sede de la Xunta porque realizan sus funciones desde el domicilio.