Si todo marcha según lo previsto, el 1 de diciembre el Pórtico de la Gloria volverá a estar al alcance de los mortales, aunque tendrán que pagar un peaje que será de 10 euros, en el caso de público general; de 8 euros, si se trata de colectivos como parados, jubilados, peregrinos, personas con discapacidad o estudiantes debidamente acreditados, o de 2 euros, en visitas educativas de escolares.

Además, entrarán sin cargo 25 romeros por día y un tope de medio centenar de compostelanos durante el domingo por la tarde, aparte de los Amigos de la Catedral, que se sumarán a los colectivos que están exentos de abonar entrada en el Museo de la Catedral (como los menores de 12 años acompañados de adultos, por ejemplo). En todo caso, el aforo queda limitado a 19 grupos de 25 personas por día, un total de 475 visitantes, lo que supone recortar drásticamente, en dos terceras partes, los anteriores números.

A cambio del desembolso, los nuevos visitantes dispondrán de mucho más tiempo para disfrutar de la policromía reestrenada de una de las obras cumbre de la escultura románica europeo, más del doble que hasta ahora, 45 minutos, y no tendrán, como ocurría hasta el momento, que buscar los detalles de la información en el díptico que se les entregaba de bienvenida. Una decena de personas, titulados universitarios y con conocimientos en idiomas, recibirán formación específica sobre el Pórtico de la Gloria y su restauración, formación que tendrán ocasión de practicar durante este mes con poco más de dos mil visitantes de distintos colectivos y asociaciones de tipo cultural que serán invitados a ver el conjunto. Luego será el turno para el público en general, que podrá comprobar cómo los guías, titulados en Arte o Historia, les hablarán no solo del Pórtico y su mensaje, sus policromías o el proceso de restauración, financiado con 6 millones de euros por la Fundación Barrié y con soporte de gestión y de seguridad de la basílica, sino también de la catedral medieval. Estos nuevos visitantes tendrán un plus: la visita se inicia en el Pazo de Xelmírez, donde podrán ilustrarse con el espacio divulgativo sobre el proceso de restauración del Pórtico. Una visita "con valor añadido", aseguran en la seo.

El deán de la catedral, Segundo Pérez, y el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, justificaron ayer el abono de entrada con la necesidad de "hacer frente a la conservación y mantenimiento del Pórtico", del que destacaron que "no" recibió "ni un euro" de ayuda de la Administración local, autonómica o estatal. Solo durante la fase inicial de visitas se hizo un convenio con la Axencia Turismo de Galicia, pero a la catedral, según explicaron, la exhibición durante 54 días del Pórtico le costó en torno a 158.000 euros, entre cámaras de seguridad, edición de entradas y folletos de mano, catenarias y mostrador de atención al público, seguimiento de parámetros de la obra...

Lorenzo mostró a la prensa imágenes de la figura de San Juan Evangelista para ejemplificar el deterioro sufrido por el Pórtico a finales del siglo XX e incidió en que están "obligados" a tomar medidas para evitar que se repita la situación y el estado "calamitoso" en el que se abordó la restauración. Es su "obligación", afirmó, que el patrimonio "se conserve", y ese es uno de los argumentos para controlar el acceso y cobrar entrada. "Ahora está precioso, pero para mantener esa condición vamos a necesitar un cuidado constante", recalcó.

"No sé si habrá otras personas que estén dispuestas a poner 6 millones de euros para que no se deteriore el Pórtico", señaló en alusión a la generosa aportación de la Fundación Barrié. De hecho, indicó que solo para conservar elconjunto calculan que precisarán 200.000 euros al año y que la Catedral "no cuenta con un solo euro de ayuda pública o privada" para sufragar ese gasto.

En teoría, si todos los visitantes, excepto los 9 grupos semanales que entran gratis, abonasen la tarifa de 10 euros, los ingresos anuales por este concepto superarían los 1,6 millones anuales, aunque, como recuerdan desde la catedral, con ese dinero no solo se mantendrá el patrimonio catedralicio, sino también el sistema de visitas (personal, gastos de gestión, papelería, seguridad, limpieza...) De hecho, el también canónigo fabriquero apuntó que durante un tiempo el precio ahora establecido funcionará como un "ensayo" para comprobar si basta para financiar este mantenimiento. Por ahora, lo de cobrar por acceder a la catedral ni se plantea.

En cuanto a la conservación del Pórtico, requiere tener "perfectamente controlada la situación ambiental", señala. En ese sentido, es como un paciente delicado al que hay que supervisar, porque a sus años y en sus condiciones no está para pasar ni demasiado frío ni demasiado calor ni demasiada humedad.