Los productores de patata se preparan para la recolección de este año marcada por los ataques del hongo mildiu. Esta plaga ya está controlada, por lo menos en las zonas de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia. También en teoría está controlada la plaga de la polilla guatemalteca (Tecia solarinova) que obligó desde febrero del año pasado a la cuarentena durante dos años en una treintena de concellos. Auditores de la Unión Europea serán los que confirmen en breve en un informe hasta qué punto está vigilada y erradicada la plaga y qué valoración hacen del plan de control llevado a cabo por la Xunta en base a las medidas del decreto del Ministerio de Agricultura. Con el fin de recabar datos para su auditoría, los expertos visitaron algunas parcelas con responsables de realizar los controles y también el vertedero autorizado para quemar la mercancía recogida que debe ser destruida.

El plazo en el que está prohibido plantar patatas fijado en el decreto del Gobierno central abarcaría hasta febrero del próximo año, cuando el departamento estatal según la evolución de la presencia del insecto tendría que determinar si se amplía el período de veto en los 33 concellos de la comunidad afectados. Una quincena de ellos se ubican en las comarcas coruñesas de Ferrolterra, Eume, Ortegal y en el concello de Muxía -el último al que llegó la plaga el pasado marzo- y los 18 restantes en A Mariña lucense.

Para tratar de controlar y erradicar esta plaga, la Xunta ha duplicado el número trampas de feromona con las que capturar a ejemplares adultos de la polilla. Las 1.170 trampas actuales están distribuidas por toda la geografía gallega y tanto en las fincas como en los almacenes. El número de capturas se redujo un 40% desde 2016 y no se detectó ningún insecto en las áreas catalogadas como producción certificada que forman parte de la IXP.

Incumplir el veto a plantar tubérculos durante dos año o transportalos desde municipios en cuarentena son algunas de las infracciones reflejadas en el decreto estatal cuyas multas oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, aunque la mayoría suele abonar la sanción reducida al 40%.

La Consellería de Medio Rural ha levantado hasta ahora 18 expedientes sancionadores en Galicia, 11 en la provincia de Lugo y nueve en la de A Coruña. Siete de cada diez actas corresponden a productores particulares por plantaciones ilegales en zonas con veto o por no entregar la mercancía recogida. Los tres restantes se incoaron a un transportista y a un comercializador por el movimiento de patatas desde áreas en cuarentena o por la venta a granel sin estar embolsadas en mallas mosquiteras.

El año pasado desde que la plaga se extendió a más de 30 concellos, la Consellería retiró unas 460 toneladas, de las que 185 corresponden a las cosechas de los productores, otras 88 a patatas de simiente y 50 eran tubérculos guardados en almacenes. A esta cantidad se suman las 41 toneladas contabilizadas en 2016, un año después de que se registrasen los primeros casos en Ferrol y también las 136 toneladas retiradas este año en el ayuntamiento de Muxía tras incluirse en la treintena de municipios afectados. En total, más de 500 toneladas destruidas en tres años.

Para compensar a los productores por estas medidas, Medio Rural ha indemnizado a 1.323 propietarios -casi el 80% en la provincia de Lugo- por un importe total de 167.577 euros, lo que supone una media de 130 por ayuda. La orden de subvenciones anual contempla 70 céntimos por kilo por patata de simiente, 30 céntimos por la de autoconsumo y 40 por metro cuadrado de producción plantada y arrancada. El departamento autonómico publicó el pasado abril la nueva convocatoria. Unos 524 damnificados ya han presentado su solicitud este ejercicio y los interesados tienen de plazo aún hasta el 1 de octubre para realizar la inscripción.