-Galicia es una de las comunidades más envejecidas, pero solo dispone de dos unidades de Geriatría, una en Vigo y Lugo. ¿Por qué?

-Es un sinsentido que la comunidad no disponga de Unidades de Geriatría en todos los hospitales, como sucede en otras comunidades, por ejemplo Madrid. Otras comunidades como Asturias o Castilla y León también están mejor dotadas que nosotros. ¿Por qué sucede esto? No debemos culpar solo al Gobierno, que tiene su responsabilidad. Es que no existe demanda social. Y si no hay demanda social, los políticos no se sienten presionados para atender esta necesidad. Si el Sergas tiene dos Unidades de Geriatría implícitamente reconoce que son necesarias, y que no está haciendo mucho, si no habilita más. Nadie concebiría, por la edad de un niño, llevarlo a un médico que no sea pediátrico, es decir, a uno general. Lo mismo debería suceder con los mayores. Cuando hay una persona mayor con una enfermedad geriátrica, lo recomendable es que acuda a un especialista. Es una pena que se desprecie este nivel formativo. Si existe esta especialidad, igual que la de Pediatría, es porque es necesaria. Los padres salen a la calle por la falta de pediatras y rechazan que un médico de familia atienda a sus hijos, ¿por qué no queremos lo mismo para nuestros mayores? Es dramático pero nadie protesta.

-¿Por qué no existe esa demanda social?

-Se trata de una cuestión de estereotipos y de derechos. A los mayores solo se les permite irse de vacaciones con el Inserso e ir al parque a cuidar de los nietos. La sociedad limita los derechos de los mayores y les otorga un papel pasivo. Hasta está mal visto que se enamoren. La idea imperante es que los mayores ya han vivido, ya han tenido su vida, y las prioridades son otras, pero debemos reflexionar porque los que nacen hoy vivirán más de 100 años, según advierten los expertos. Cada año que pasa aumenta la esperanza de vida en tres meses. La ONU sostiene que las mayores revoluciones de esto siglo son la tecnológica y la longevidad. Cada vez vivimos más y esto cambia las formas de vida y el mundo.

-Los mayores también pueden movilizarse y exigir una mejor atención. Este año han salido a la calle a reclamar la subida de sus pensiones.

-Y lograron la subida de sus pensiones porque los gobernantes se asustaron. Si se manifestaran reclamando mejores servicios, los tendrían. Pero no existe la demanda social porque muchos tampoco saben que existe una especialidad, que es la geriatría. Un paciente mayor con múltiples patologías ha de ser atendido por los especialistas necesarios pero también examinado por un geriatra que tiene formación para analizar su estado de salud desde un punto de vista global.

-¿Los mayores deben dar un paso al frente?

-El Gobierno tembló cuando vio a los pensionistas manifestándose. Los mayores tienen que creer en sí mismos. Llevo trabajando desde la década de los ochenta con mayores, y les cuesta vencer los estereotipos. Antes la vejez era una etapa de 10 años, pero ahora es de tres décadas. A los mayores que llegan a mi consulta les digo que cuando uno se jubila tiene que plantearse un plan de vida porque tiene por delante todavía de media treinta años de existencia. Debe liderar su proyecto de vida, que nadie se lo dicte, con todos sus derechos y sus prioridades.