Julio fue un mes negro en las carreteras gallegas al registrar 13 fallecidos en accidentes de tráfico, tres veces más que el año pasado. Es además la cifra más alta en lo que va de año, con una víctima más que en junio, que ocupa el segundo puesto en cuanto a la siniestralidad con víctimas mortales. El repunte de los desplazamientos en verano con las distintas operaciones salida y retorno por vacaciones inciden en un incremento de los muertos en las carreteras gallegas, pese a que las condiciones de conducción sean más complicadas en invierno por la menor visibilidad y las inclemencias meteorológicas. Desde principios de año, medio centenar de personas perdieron la vida en la red viaria de la comunidad, un 35% más respecto a los 37 contabilizados entre enero y julio del año pasado.

Las estadísticas de marzo -coincidiendo con la Semana Santa- y de junio y julio rompen la tendencia descendente del resto de meses. Además, son los tres meses con mayor número de fallecidos en siniestros de seguridad vial. Así, marzo copa el podium después de julio y junio, al duplicar la cifra de muertos pasando de cuatro a ocho. La otra cara de la moneda la representó abril, el único mes sin fallecidos y con una caída considerable en comparación a los cuatro muertos del ejercicio anterior. En el resto de meses, el número de víctimas mortales se mantuvo respecto a 2017: en enero con cinco fallecidos y en mayo con siete. El balance, por tanto, es negativo pese a que el año arrancó con un 30% menos de muertes con cinco casos en enero.

Los siniestros con motocicleta ocurridos durante el último lustro en las carreteras gallegas dejan un saldo de 76 fallecidos, 15 de ellos el año pasado. Junto con los peatones son uno de los colectivos más vulnerables en la carretera y, sobre todo en verano, cuando debido al buen tiempo salen a la calle miles de vehículos motorizados. La tercera parte de los fallecidos en accidentes de tráfico el año pasado eran precisamente motoristas: un hombre de 41 años que murió en A Coruña al perder el control de su moto, otro de 51 años al impactar con una barrera de hormigón en Vigo, un tercero que perdió la vida cuando regresaba de una concentración motera de la localidad ourensana de Maceda y un septuagenario fallecido en Mos (Pontevedra) al caer de la moto tras una indisposición. Otra cuarta parte la representan los atropellos con tres casos registrados en Mondariz, Marín y A Chapela. Los mayores de 65 años son los que más sufren este tipo de siniestros y, de hecho, los tres fallecidos por esta causa en julio tenían edades comprendidas entre los 77 y los 89 años.

También destaca la elevada accidentalidad en el otro extremo de la pirámide poblacional. Así, de los 13 muertos en las carreteras gallegas en julio cinco -casi el 40%- tenían menos de 30 años, entre ellos un menor que perdió la vida en un choque. En cuanto a la primera quincena de agosto en Galicia se registró una víctima mortal en las carreteras gallegas al fallecer un hombre al caer su coche por un desnivel en Arbo.