Con la aplicación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), el alumnado de 4º de ESO puede elegir Matemáticas académicas, pensadas para continuar Bachillerato, o Matemáticas aplicadas, más orientadas a ciclos profesionales. Al menos ese era el espíritu de los itinerarios que fijaba la Lomce para el último curso de la ESO. Al final se redujo a la elección de una asignatura, en este caso, Matemáticas. En el curso 2017/2018 el 15% del alumnado de 4º de ESO optó por las matemáticas aplicadas. Un total de 2.835 estudiantes cursaron esta modalidad frente a los 16.941 jóvenes que optaron por las académicas, que sigue siendo la opción mayoritaria. Según Educación, tras las modificaciones de la Lomce, la división de los dos itinerarios no tuvo efectos ya que, en la práctica, el acceso a Bachillerato y a ciclos de FP es igual para todos. "El título de ESO tiene la misma validez independientemente del itinerario elegido", explicó el departamento educativo.
