Todos los visitantes que llegan a Santiago y quieren visitar la catedral tienen que pasar, sí o sí, ante la fachada de las Praterías, la que ha sido vandalizada, porque así está regulado el flujo de turistas. No obstante, a primera hora no todos se percataban de la pintada en la columna lateral, ubicada en la puerta que no se abre, y cuando lo hacían la primera reacción fue la indignación. Pilar y Manuel, una pareja de Madrid, incidieron en el mismo punto que destacó al conselleiro: "Cuando cojan al que lo hizo, multarlo bien multado".

Pero, en general, la sanción no parece un consuelo. Para Javier, de Madrid, "el arte es un bien de la humanidad" y lo acontecido, "una salvajada", mientras que Amparo, una gallega que vive fuera de Galicia pero que regresa cada año, afirmó que la noticia la puso de "hasta de mal humor" y que el ataque "no tiene nombre".

María, leonesa, se repetía que no daba "crédito" a lo ocurrido, que calificó de "una vergüenza" y un "despropósito", mientras Oihana, voluntaria de la Asociación Camino de Irlanda, consideró la agresión al patrimonio "una falta de respeto total" y otro joven incide en que se trata de "una estupidez supina" de alguien que pretende "hacerse el gracioso" y considera que "duele a la vista".