En la fosa del atrio de la iglesia Santa María de Paramos, en Val do Dubra (A Coruña), permanecieron casi 70 años los restos de tres hombres y una mujer: José María Castelo Mosquera (1918, Iñás, Oleiros), Vicente Peña Tarrasa (1904, Palma de Mallorca), Manuel Pena Camino (1909, Castro, Mesía) y Manuela Teiga (Zas, Negreira). Fallecieron el 5 de marzo de 1949 tras enfrentarse con la Guardia Civil; ellos pertenecían a la guerrilla antifranquista y ella era la joven de la casa que los acogió en Zas (Negreira), propiedad de su tía Carmen Temprano, donde se produjo el tiroteo. El grupo logró huir de la casa, pero al poco de salir las balas alcanzaron a Carmen, que resultó herida de gravedad. Su compañero Castelo, según consta en las informaciones de los propios guerrilleros, puso fin a su agonía. En su huida fueron ayudados por varios vecinos, entre ellos Erundino Vieito Baña, oriundo de A Baña y del que nunca más se supo.

Los restos de los cuatro represaliados exhumados en octubre de 2016 por voluntarios de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), grupo originario del Bierzo leonés promotor de las primeras exhumaciones del franquismo, serán entregados hoy a sus familiares en un acto en el auditorio de Bembibre, en Val do Dubra.

Eligieron el monte como supervivencia. Allí se incorporaron a la IV Agrupación del Exército Guerrilleiro de Galicia. Castelo Mosquera era albañil; Pena Camino, aserrador, de familia de labradores y, tras pasar por la cárcel provincial, vendedor de quesos y huevos en las ferias; Peña Tarrasa, infante de marina en Ferrol. No eran forajidos ni bandoleros. "Muchos de los hombres que lucharon en Galicia durante casi una década eran, por decirlo de algún modo, héroes contra su propia voluntad; porque el nuevo régimen, impidiendo que estos volviesen a sus hogares o que abandonasen el país, los obligó a ser huidos primero y guerrilleros después", recoge el investigador alemán Hartmut Heine en su libro "La guerrilla antifranquista en Galicia".

Conocer y analizar lo que se esconde bajo tierra en cientos de fosas del franquismo es posible por la investigación y exhumación que historiadores, arqueólogos y forenses arrancan una vez los familiares piden la búsqueda de padres, tíos, abuelos, primos... "Es una labor compleja y minuciosa que tiene como principal característica la investigación documental, la intervención técnica de la fosa, el acompañamiento a las familias", apunta Carmen García-Rodeja, investigadora miembro de la ARMH.

A pie de cada fosa exhumada, quien lo desee puede dejar un mensaje en un libro de visitas. "Soy un vecino del pueblo y estoy interesado en que se descubra toda la verdad que sucedió aquí en los años 40 y 50. Nos vendieron que estas personas eran unos vándalos. Y la realidad, creo que es bien distinta", escribe un vecino de Paramos.