La reforma fiscal de la Xunta para los legados que no superen los 400.000 euros y una sentencia del Supremo por la que declara exentas las ganancias patrimoniales de los pactos sucesorios ha hecho que los gallegos prefieran heredar en vida. De los poco más de 7.300 contratos de este tipo firmados en Galicia en 2015, un año antes de la entrada en vigor de las bonificaciones de Facenda, se ha pasado a casi 16.700 en 2017, según el Consejo Notarial de Galicia, a un ritmo de 45 las herencias en vida tramitadas al día, un 125% más que las 20 registradas antes de las exenciones.

Las renuncias a legados también crecieron. Tras el rechazo estás las deudas de los fallecidos y el gravoso impuesto que acarrean los testamentos recibidos de parientes de tercer grado y ulteriores. En 2017 fueron 2.500 los legados rechazados en Galicia, cinco veces más que antes de la crisis.