Tras cinco años en silencio, solo roto para disculparse ante las víctimas y sus familiares, lo que ha vuelto a hacer hoy, Francisco Garzón Amo ha comparecido esta tarde ante la comisión de investigación del Congreso de los Diputados que intenta aclarar las causas el siniestro ferroviario y trata de depurar responsabilidades políticas. En su intervención, que leyó el secretario de la mesa y diputado de En Marea Antón Gómez Reino porque el conductor estaba muy emocionado, aseguró que el siniestro "era un accidente anunciado". El tren Alvia descarriló en julio de 2013 cerca de Santiago, en la curva de Angrois, y causó la muerte a 80 personas y más de un centenar resultaron heridas de diversa consideración.

"Era un accidente anunciado en una línea a lo que se ve sin análisis y evaluación de riesgos de todos los elementos ferroviarios y carente de toda medida de seguridad que controlara que los trenes no superen la velocidad determinada en cada tramo y sobre todo en la curva", indicó.

El conductor del convoy, primer investigado en la causa, acudió a la comparecencia acompañado por su letrado y respondió a muchas de las cuestiones formuladas por los representantes de los grupos parlamentarios. En el escrito que leyó Gómez Reino defendió que "la seguridad del ferrocarril no puede estar basada exclusivamente en la actuación de humanos y los profesionales no pueden trabajar arriesgando su vida y la de sus viajeros", sino que la tecnología "permite controlar esos riesgos y evitar accidentes de este tipo".

En el texto, Garzón ha lamentado que la grabación de su llamada a la central de Atocha tras el siniestro fuera filtrada parcialmente a los medios. "Solo pudo tenerla Adif y Fomento, se destacaron unas palabras mías que iba a 190 kilómetros cuando tenía que ir a 80", señala el comunicado, que indica que la grabación es más larga y en ella avisaba de la peligrosidad de la curva donde se siniestró el Alvia.

También reconoce Garzón que se despistó por estar hablando por teléfono corporativo con el interventor del tren, tal y como marca la actuación de Renfe. "Estaba obligado, toda llamada debe ser atendida y no se nos ha formado para atender esas llamadas ni hay un análisis sobre el riesgo", explica.

Ante las preguntas de los diputados, el maquinista del Alvia ha respondido sólo a cuestiones que no estén judicializadas, evitando contestar a cuestiones técnicas de la circulación y a detalles de su conducción.