Aunque este año se debatió la conveniencia de mudar el sistema de acceso a la docencia pública, al final, por la falta de acuerdo entre los partidos, todo sigue igual, y ayer 250.000 aspirantes en toda España, y de ellos, 17.000 en Galicia, se enfrentaron a la primera prueba de las oposiciones, con un formato que, con cambios mínimos, es idéntico al de hace treinta años.

Son una oposiciones del siglo pasado para los profesores que deben formar a las generaciones del futuro, y los propios opositores coinciden en cuestionar el modelo y tildarlo de obsoleto. "No es el mejor modo de seleccionar a los mejores", "prima la chapatoria y no mide tus destrezas", "aprobará el candidato que más haya chapado, pero no el profesor más completo, "es una prueba de la vieja escuela para una profesión que debe liderar la nueva escuela", "no sirve para demostrar tu valía en clase con los alumnos", aseguraban ayer una decena de aspirantes a hacerse con una de las 2.050 plazas que oferta la Consellería de Educación este año.

Tienen razón. El pasado mes de febrero, los decanos de 80 facultades de Magisterio de toda España firmaron un documento, en el que concluían que que el modelo actual de acceso "no es válido para seleccionar adecuadamente al profesorado".

Pedían revisar la nota de acceso a sus centros, reducir las plazas en las facultades y mejores prácticas. Ya entonces la decana de la Facultade de Ciencias da Educación de Santiago, Carmen Morante, se preguntaba: "¿Cómo se puede pedir a un profesor que sea innovador y desarrolle enseñanzas vanguardistas si la prueba para darle la plaza consiste en que 'cante' una unidad didáctica? No es lo mismo valorar la elaboración y exposición de un tema que plantarte en una clase a gestionar una dinámica de aula".

Un sistema educativo es tan bueno como lo son sus profesores, y si falla el modelo para elegir a los mejores docentes, está en cuestión la calidad de la enseñanza. ¿Queremos profesores que sepan mucho de su asignatura o profesores que dominen la materia y además sepan contárselo y enseñárselo a los alumnos? En Finlandia, que es el modelo a seguir en Europa por sus buenos resultados en las pruebas PISA, la selección del profesor no se hace después de que los jóvenes terminen la carrera, sino justo antes.

Solo cursan Magisterio los mejores expedientes académicos, y el proceso de elección es difícil. Los candidatos además se enfrentan a pruebas específicas para demostrar su facultades como la empatía, la resiliencia, la capacidad de innovación

En Finlandia, el título de grado es de cinco años. En España, 4 años. Las prácticas se realizan desde el principio, en periodos más cortos durante los tres primeros años y más largos en los dos últimos. Al final, el aspirante realiza una tesina de fin de carrera. Si aprueba entra en el mercado de trabajo y será seleccionado por el director de algún colegio.

Excepto, Cataluña y Valencia, el resto de las comunidades también arrancaron ayer las oposiciones. Ofertan en total 23.512 plazas de profesor. Las autonomías suelen pactar la fecha, para así evitar que miles de opositores de otras autonomías intenten optar a una plaza, lo que complica la realización y correción de las pruebas, al ser masivas.

Emilio Paz

"Aprobará quien más chape, no el profesor más completo"

María Alonso

"El año pasado estuve a punto, pero dos interinos me sobrepasaron"

Ana Rita González

"Sería mejor un MIR de Educación para medir si vales o con los alumnos"

Monste Cadilla

"Desde Semana Santa, no he pasado un día con mis hijos"

Ángel Rodríguez

"Como las normas son diferentes, es difícil opositar en otras comunidades"

Luisa y Vanessa

"Cada año es más complicado lograr plaza, la gente viene más y mejor preparada"

Alba, Andrés y Andrea

"Es una prueba de la vieja escuela para una profesión que aspira a liderar la nueva escuela"