Con la entrada de junio se agotó el plazo que dio la Xunta a los propietarios de fincas para limpiar las franjas próximas a casas y a núcleos urbanos para prevenir los incendios forestales. Tres semanas después, un buen número de propietarios, pese a la amenaza de multa, no ha hecho los deberes. Así lo aseguraba ayer el director xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto, quien indicó que a estas alturas de junio la "mayor parte" de las fincas están sin limpiar. Para incidir en las consecuencias, recordó que más tarde o más temprano, los incumplidores tendrán que hacerse cargo de la multa. "Progresivamente las sanciones van allegar", advirtió, porque se trata, incidió, de una cuestión "de seguridad" y no con afán "recaudatorio". Se prevén "muchas denunias" y "van a tener consecuencia", recalcó.

"¿Están limpias las parcelas? En general, no. ¿Hubo un avance importante? Sí. ¿Es importante consolidarlo? Sí". Así se pronunció el responsable de Montes de la Xunta, quien no obstante, y tras considerar que "no hay un gran cumplimiento", opina que este año se ha marcado "un punto de inflexión", hay "un antes y un después" en cuanto al esfuerzo para ponerse al día con una normativa de la que hay, señaló, que "mentalizarse". "El reto es que siga creciendo" la cifra de quienes desbrozan, porque además, avisa, no solo están en el punto de mira de los agentes medioambientales dispersados por el territorio o las fuerzas de seguridad, sino también de los propios vecinos.

Fernández-Couto avanzó que la Xunta espera firmar "pronto" con la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) un "convenio importante para colaborar" con los concellos en las actuaciones de limpieza, dado que si bien las actuaciones las tienen que realizar los propietarios, donde no lo hacen cabe la acción subsidiaria, y también cuando no hay un dueño conocido. El convenio, al que la Xunta destinará este año seis millones de euros de sus cuentas (en años posteriores serán 10, pero repartidos a un 75% de la Xunta y un 25% de las entidades locales) incluye "la posibilidad", dijo, "en zona de alto riesgo de realizar esa actuacióna propietarios que lo financien pero nos deleguen la ejecución".

De ese modo, los dueños de esas parcelas cumplirían la normativa "pagando" esa limpieza. El objetivo es garantizar que de forma general y sistemática las zonas donde se producen más fuegos "las fajas queden al cien por cien" limpias, dijo. Eso va a suponer, añadió, "en cuatro años miles de kilómetros de fajas de 50 metros de ancho en Galicia" y se trata de una actuación "a maoyres" en la zonas que tienen más posibilidades de tener un problema.

Por otro lado, Fernández-Couto incidió que este año por primera vez se prolongará el período de alto riesgo durante cuatro meses seguidos, sobre todo para que el operativo, destaca Medio Rural, esté listo y a "pleno rendimiento" -para ello se amplía la prestación del personal laboral fijo discontinuo y el de las brigadas de Seaga y Tragsa-. La previsión de la Xunta es que este cambio se convierta en "estructural", es decir, tenga continuidad.