"Lo que queda vivo del espíritu original son las mareas municipales, el resto está bastante roto..." Así resumía un militante del espacio rupturista esta semana el estado de ánimo en el proyecto político de "unidad popular" que irrumpió en la escena política en las municipales de 2015 conquistando los símbolos de las tres ciudades coruñesas y unió esfuerzos un año después para conseguir el liderazgo de la oposición en el Parlamento, a pesar de que el PP logró su tercera mayoría absoluta consecutiva. Los roces internos y las diferentes estrategias políticas amenazan su futuro ante el reto de las municipales del próximo mes de mayo. La fórmula de las alianzas centra ahora el debate tras la decisión de Podemos y Esquerda Unida de aspirar a sellar coaliciones que les permitan mantener su sigla en las papeletas, organizar sus propias primarias y blindar su autonomía. Las mareas, por su parte, parecen reacias a esa vía de colaboración y el día 30 se reunirán varias de ellas en Ferrol para analizar su estrategia en un contexto político que dio un vuelco un cuestión de días con el cambio de Gobierno.

Ferrol en Común organiza el tercer encuentro municipalista, tras los de Ourense y Santiago del año pasado, el último sábado del mes después de haber sida suspendida la cita inicialmente prevista en Mos el pasado 28 de abril. Los participantes debatirán en cuatro mesas temáticas: candidaturas municipalistas y relación entre ellas; visión desde las dos orillas, gobierno-oposición y villas-ciudades; el municipalismo en el nuevo contexto actual del Estado; y el feminismo después el 8-M.

Se trata de la primera reunión formal en que las mareas tratarán de fijar una postura común ante el reto planteado por Podemos y EU, aunque las negociaciones se realizarán caso por caso sin un marco general. Además, en A Coruña, Ferrol y Santiago, los partidos federalistas ya han anunciado que no pondrán obstáculos a las candidaturas que buscan retener los símbolos rupturistas y que servirán de termómetro de su estado de salud.

Las sucesivas crisis de En Marea han deshilachado las cuerdas que unían a las mareas con el partido instrumental, cuya última crisis ha versado sobre el caso de Paula Quinteiro y de cuya dirección, capitaneada por Luís Villares, se ha descolgado gran parte del espacio (Marea Atlántica, los miembros de Podemos favorables a la unidad o la cúpula de Anova, por ejemplo) hasta el punto de que los nexos entre En Marea y los tres alcaldes rebeldes Xulio Ferreiro (A Coruña), Jorge Suárez (Ferrol) y Martiño Noriega (Santiago) son prácticamente nulos.

La relación entre En Marea y las mareas resulta un elemento central en el tablero político. Villares ya ha propuesto servir de "paraguas" para emplear una fórmula jurídica que permita a las mareas sumar votos y representación en las diputaciones, aunque los críticos descartan capar su autonomía local, si bien el exjuez no ha concretado su oferta todavía.

Las fisuras en la izquierda rupturista pueden restar votos cruciales, especialmente si en un mismo concello compiten una marea y la coalición Unidos Podemos, algo más que probable en ciudades como Pontevedra.

El contexto ha cambiado radicalmente. Enfrente ya no está el enemigo del Gobierno del popular Mariano Rajoy, sino el del socialista Pedro Sánchez, lo que debería, en principio, impulsar el crecimiento del PSdeG, que aún busca cabezas de cartel urbanos. En el espacio rupturista, sin embargo, creen que, además de suponer un factor de competencia, puede dar oxígeno. "Las mareas podrán capitalizar decisiones de Moncloa, por ejemplo en A Coruña con el futuro de los muelles", comenta una dirigente de este espacio.

Villares y Quinteiro

Mientras, En Marea mantiene su división acerca del caso Paula Quintero, que mantendrá su escaño tras desoír la petición de dimisión del 85% de los militantes que participaron en una consulta ad hoc con un 60% de abstención por haber exhibido su carné parlamentario en un altercado con la Policía.

Villares, que le había pedido la renuncia, reconoció ayer que no tomará medidas contra ella y citó las consecuencias para el futuro. "Cuando llegue el momento de nuevas primarias, las inscritas decidirán lo que tengan que decidir con cada quién", declaró a preguntas de la prensa. Un día antes, Quinteiro dio por "cerrado" el asunto.