Dirigentes del PPdeG viven estos días pendientes del correo electrónico, colgados del móvil por si entra un guasap o una llamada que les convoque a una Junta Directiva o un Comité de Dirección, donde Alberto Núñez Feijóo desvele la incógnita de si da el paso y presenta candidatura para presidir el PP. La expectación es máxima en el PPdeG. Aunque dan por hecho que Feijóo optará a liderar a los populares a nivel estatal, el anuncio desencadenará una cascada de movimientos, que les afecta y mucho. Como fecha tope, el próximo miércoles a las dos del mediodía, cuando se termina el plazo para presentar los 100 avales necesarios para ser precandidato a la presidencia del PP nacional. ¿Habrá Junta Directiva el sábado o lo dejará para la semana que viene?, se preguntan en el PPdeG.

El mutismo del político gallego, considerado el favorito y el mejor posicionado para relevar a Mariano Rajoy, contrasta con los movimientos que surgen en otras esferas del partido y desde las órbitas de otros potenciales candidatos. Justo ayer, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, abogó por "una renovación muy profunda" y aseguró que Soraya Saénz de Santamaría "significa de manera clara renovación". El ex ministro de Sanidad es el primer dirigente del PP que apoya en público a la que fue número dos de Rajoy en el Gobierno español. También es uno de los pocos cargos del PP que ante los micrófonos ha apostado por alguien. Es llamativo el silencio de dirigentes del PP que siempre han opinado de todos y sobre todo, como Andrea Levy, Pablo Casado o Javier Maroto.

Por su parte, el ex ministro de Exteriores José Manuel García Margallo anunció que ya recoge avales entre la militancia popular, y aventuró que está dispuesto a presentar a sus 73 años candidatura pero solo si opta a la presidencia la exvicepresidenta del Gobierno para intentar frenar su ascenso. La animadversión de Margallo con la exvicepresidenta es pública y notoria desde la salida del Gobierno del primero. Si el titular de la Xunta entra en escena, no utilizaría los avales y apoyaría al dirigente gallego. "Me parece un magnífico candidato y gestor y si plasma su idea de partido y de España, le apoyaré", declaró ayer.

Margallo tendrá aún que esperar a conocer la decisión de Feijóo. En 2006, cuando el ahora titular de la Xunta acordó intentar ser el relevo de Manuel Fraga fue el último que anunció su candidatura. Antes dieron el paso Xosé Cuiña, Enrique López Veiga y Xosé Manuel Barreiro. Fue el último, y quedó primero. En el PPdeG recordaban ayer esta circunstancia para restar importancia a que Feijóo demore su posición. Además piensan que puede tener más impacto si es el último en dar el salto. De los posibles candidatos es quien más tiene que perder, pues preside la Xunta y se vería abocado a dejar el puesto más tarde o temprano, y antes de salir a escena tiene muchos flecos que cerrar, el escenario postFeijóo en Galicia, y también los apoyos con que contaría a nivel estatal para ganar el congreso.

No todos lo ven así en el PPdeG. Esperaban que Feijóo, como líder, tomase una decisión "valiente y rápida", y temen que se pueda interpretar el retraso como un temor de que no le salen las cuentas para la victoria. No obstante, la decisión es solo suya, y es él quien maneja los tiempos en el PPdeG y en la Xunta, igual que hacía antes Mariano Rajoy. En el partido en Galicia aguardan ansiosos su anuncio, pero como dan por hecho que se marchará la mayor incógnita, salvo sorpresa mayúscula, es cúando dejaría la Xunta (¿será de forma inmediata o esperará unos meses?), ¿quién será su relevo al frente del Ejecutivo?, ¿este relevo será también el candidato del PPdeG en 2020?, y ¿retendrá la presidencia del PPdeG o también convocará un congreso extraordinario? Las declaraciones, el miércoles, del secretario general, Miguel Tellado, subrayando que los estatutos permiten a Feijóo compaginar todas las responsabilidades, es interpretada como evidencia de un movimiento interno en el PPdeG para controlar la sucesión de Feijóo y una petición para cerrar la salida del hoy líder "con más tiempo".