Optar por una de las dos opciones de examen en una asignatura. Empezar la prueba. Y tras contestar una, dos o tres preguntas, de manera que puede haber transcurrido ya media hora (la duración de cada examen es de un máximo de una hora y media), cambiar de opción e iniciar la prueba inicialmente rechazada. Craso error. Correctores de exámenes de la antes conocida como selectividad, actualmente Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade (ABAU), coinciden en que cambiar de opción en la mitad del examen es el principal error, tanto en letras como en ciencias. Un profesor de un instituto gallego, que lleva veinte años corrigiendo pruebas de selectividad, en este caso de Química, explica que se nota perfectamente cuando esto ocurre, "porque la segunda opción se inicia con prisa y ansiedad, dado el tiempo perdido en la anterior". "Calcular el tiempo es fundamental. Es una hora y media, es tiempo suficiente. En Química me han dicho examinados de selectividad que los ejercicios les parecen más fáciles que los exámenes finales de la asignatura en 2º de Bachillerato. Por lo tanto, el tiempo debería ser suficiente, dejando margen para la revisión o segunda lectura, crucial para detectar fallos", indica J. M. T. "Ocurre porque no hay una buena lectura inicial, en profundidad, de ambas opciones. Normalmente por nervios o falta de concentración inicial", apunta F. V., una profesora que corrige Lengua.

| Lectura en profundidad de ambas opciones al inicio. Los correctores recomiendan al alumnado que se enfrenta a las pruebas de selectividad, que se celebrarán en Galicia los próximos días 12, 13 y 14 (martes, miércoles y jueves), "pararse a leer bien las dos opciones, A y B, hacer un cálculo de cuántas preguntas más o menos se controlan en cada una de ellas y, una vez decidido, empezar". Vale la pena demorarse un poco en la elección y no perder el tiempo contestando un examen que se desecha.

| Distribuir el tiempo. Dividir la hora y media de la prueba entre las preguntas. Tener en cuenta las que se controlan más y menos. Empezar por las que se saben mejor. No bloquearse con las otras: saltarlas y volver a ellas después.

| Importante revisar. Una lectura final es importante, tanto para detectar fallos como para ver si falta alguna pregunta por contestar.

| Esquemas de las respuestas. En la hoja que se aporta "para apuntar en sucio" realizar esquemas o apuntar ítems de las respuestas, para seguir un hilo argumental.

| Comprensión de los enunciados. Al final todo se limita a estar concentrados. La profesora que corrige exámenes de Lengua apunta que es fundamental entender el texto. "Se percibe que, muchas veces, es por nervios. Pero una mala comprensión puede derivar en un desarrollo erróneo de toda la prueba. Pero en Química pasa igual: "muchos se ponen a escribir sin contestar específicamente a lo que se les pregunta". "En Química, las cuestiones hay que razonarlas. Y los problemas pueden conllevar errores de formulación", explica el docente, que corrige 150 exámenes en 5 días. En todo caso, los correctores valoran el desarrollo de una parte de la pregunta.

| Controlar extensión. La organización entrega un número de folios concretos para plasmar las respuestas. Calcular extensión y respetar márgenes.

| Ojo con las faltas de ortografía. Son comunes los errores de conjugación o puntuación. Los correctores distinguen entre las faltas por despiste y las graves. Las faltas de ortografía que se consideran graves se penalizan, con el descuento de puntuación.

| Tachones. La presentación es importante: "nos facilita la lectura", apunta la docente correctora de Lengua. Por tachar una palabra "elegantemente, no pasa nada, pero sí que deben prestar atención a los espacios entre líneas y a un orden en la escritura".

| Forma de expresarse y vocabulario. Recomiendan los profesores cuidar la forma de expresarse, con elección del vocabulario apropiado para un estudiante de dicha etapa educativa, que en breve iniciará la vida universitaria. "A veces es recomendable escribir menos y optar por la concisión; palabras que demuestren cierta madurez".

| No repasar las horas antes. Permitirse un descanso las horas antes para no mezclar ideas. El repaso a lo visto durante el curso debe realizarse los días previos. Intentar descansar y dormir. Los propios docentes indican que las infusiones ayudan a conciliar el sueño.

| No olvidar la documentación. Llevar DNI, boli, boli de repuesto, calculadora si es necesario, reloj... Prestar atención al sistema de etiquetas que sirve para identificar las pruebas. Los encargados de cada aula lo explican y también revisan si hay errores. Atención al modo de entrega del examen.

| Primer día, la prueba de fuego. "El primer día es el más complicado para el alumnado que se examina. Son las materias comunes. Es todo nuevo, la aula, el ambiente, la incertidumbre... después la tensión decrece", apunta el docente de Química.