La sesión de control en el Parlamento gallego de esta manaña fue tensa, de las que más. La sentencia por el caso Gürtel y, sobre todo, el relevo en el liderazgo del PP nacional, para el que Núñez Feijóo figura entre los favoritos, caldearon una jornada como pocas veces. La oposición clamó contra la corrupción del PP, le exigió a Feijóo que aclarara sus intenciones políticas -sobre si continuará en Galicia o se irá Madrid-, le afeó su trayectoria política para frustrar su eventual desembarco en Génova y hasta le reclamó, solamente En Marea, que convocara elecciones anticipadas en Galicia. Y el presidente de la Xunta respondió a todos, con más o menos contundencia, pero sin enseñar su hoja de ruta. Dentro de quince días, les dijo, que vuelvan a preguntar en la próxima sesión de control al presidente de la Xunta. Se supone que para entonces, los candidatos a suceder a Mariano Rajoy ya tendrían que haber dado un paso al frente.

Fue especialmente duro con Ana Pontón, la líder del BNG, y con Luís Villares, magistrado en excedencia y portavoz de En Marea. "Usted no puede volver a dictar sentencias en Galicia ni en cualquier lugar en un Estado de Derecho", le ha soltado, al que reprochó una y otra vez que le resultaba muy difícil de comprender que fuera capaz de compatibilizar su ejercicio como juez y al mismo tempo estuviera preparando su candidatura a la Xunta al frente de una amalgama de partidos. "Enfanga esta Cámara. No se explica que dictara sentencias contra la Xunta cuando estaba preparando las elecciones", ha comentado, en alusión a que Luís Villares estuviera ejerciendo como juez hasta el último momento en que su puso al frente de la En Marea como cabeza de cartel.

Antes de la respuesta de Feijóo, Villares se ha empleado a fondo contra Feijóo con la intención de abortar su eventual salto a la política nacional. Quiso motrar la cara "b" de su currículo. Aludió a "ir de la mano" con el contrabandista Marcial Dorado -posteriormente condenado por narcotráfico-, a ocultar "a los homicidas del Sergas", imputados por el fallecimiento de ocho personas por el supuesto retraso en el suministro de fármacos contra la hepatitis B-, a la corrupción destapada por el caso Campeón o a intentar tapar las "falcatruadas sexuales" de Xosé Manuel Baltar. "¿Cuándo se va, no a Madrid, sino para dimitir tras estos escándalos y convocar elecciones", ha declarado el portavoz de En Marea.

A las acusaciones de Villares ha respondido Feijóo reprochando su ejercicio como juez y como político, refiriéndose a el como "un portavoz florero en un partido ornamental".

También tuvo momentos de tensión con Ana Pontón, quien ha exigido responsabilidades al presidente de la Xunta por la sentencia del caso Gürtel, responsabilidades que a juicio de la portavoz del BNG no acaban solo en Madrid y Mariano Rajoy, y que se deben trasladar a Galicia dado que la corrupción afecta a todas las estructuras del partido. Pontón le ha exigido además que aclarara si pretendia seguir en Galicia o utilizar la comunidad como "sala VIP" esperando el avión rumbo a Madrid.

Feijóo negó la mayor, que el partido estuviera condenado por corrupción, y acusó a la líder del BNG de "abanderar la mentira, la falsedad, la injuria, la falacia y la calumnia". Ya cuando había cerrado su discusión con la diputada nacionalista y comenzaba a responder a Villares, ha soltado que le "parecía que la señora Pontón estaba muy necesitada". "Le dije que no hiciera como usted, pero, evidentemente, usted aún está más, señor Villares", aseguró el presidente al dirigirse al portavoz de En Marea, lo que provocó la reacción de la bancada de la oposición. Nada más decirlo, Feijóo ha retirado sus palabras, pero Pontón expresó su repulsa por lo que considera un "comportamiento machista".

El portavoz del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, ha reclamado arbitrar medidas contra la corrupción en Galicia, que no bastaba solo con pedir perdón y también ha considerado necesario conocer las intenciones de futuro del presidente de la Xunta, dado que si piensa en relevar Rajoy, esta opción le incapacita para emprender proyectos estratégicos en la comunidad. Leiceaga ha aludido, por ejemplo, a las negociaciones sobre la financiación autonómica, porque mientras por un lado tendría que pedir el voto a su favor en toda España dentro de su partido, como titular de la Xunta tendría que defender una postura que chocaría con otros territorios gobernados por el PP. "Es un escenario de tensión razonable", ha comentado.

El presidente del Gobierno gallego ha respondido que ningún partido ha luchado más contra la corrupción que el PP en los últimos años y que la moción de censura no se presentó por la corrupción, sin que estaba pensada desde hace dos años. "La sentencia de la Gürtel fue una mera disculpa para que asumiera el Gobierno un partido que ha perdido las dos últimas elecciones", ha respondido.