Casi 72 millones de euros. Es el agujero que tienen las comunidades de vecinos en Galicia por los recibos impagados. La incipiente recuperación económica sin embargo ya se ha dejado notar en los administradores de fincas con un descenso de la morosidad en un 8%, que en el conjunto del país alcanza los 1.665 millones de euros, según el balance del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas. De media, cuatro de cada diez comunidades de vecinos tienen morosos y los propietarios con facturas pendientes adeudan 1.109 euros. En Galicia, el grueso de la deuda a las comunidades de vecinos se concentra en los edificios de la provincia de A Coruña, con cuotas sin pagar que superan los 31 millones, más del 40% del total autonómico. Le sigue en la tabla, la morosidad arrastrada por los inquilinos en la provincia de Pontevedra, con más de 22 millones adeudados -el 30% de la comunidad-.

Son estas últimas las que menos redujeron el volumen de facturas pendientes de pago en el conjunto autonómico. Tan solo un 7,34% menos que un año atrás, frente a los propietarios de fincas de la provincia de Lugo, que lograron meter la tijera en las cuotas atrasadas un 9,31%, reduciéndolas a 9,7 millones. Tras ellos, los coruñeses rebajaron su morosidad un 8,21%.

En Ourense, los recibos que se apilan en las comunidades de propietarios alcanzan los 8,7 millones, un 7,34% menos que un año atrás.

En todas las comunidades logró reducirse la morosidad en los administradores de fincas. A la cabeza se sitúa Asturias (-9,56%), seguida por Cantabria (-8,74%), Castilla y León (-8,48%), Castilla-La Mancha (-8,20%), Andalucía (-8,05%) y en el sexto puesto de la tabla nacional Galicia (-8,04%).

En el conjunto de país, la morosidad de los bancos ha disminuido un 12,2%, con más de 330 millones de euros en cuotas impagadas. En el caso de la comunidad gallega, la deuda de las entidades bancarias con los administradores de fincas alcanza los 14,5 millones, un 12,4% menos que el ejercicio anterior.

Junto con la recuperación económica, otro factor clave para la merma de la morosidad en las comunidades de vecinos -en un 8,05% de media en España- es la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, una reforma demandada por los propios administradores de fincas para que no solo compute la deuda de los vecinos del año en curso sino también la de los tres ejercicios anteriores.

Los impagos que comenzaron a agravarse tras el estallido de la crisis, hasta disparar la morosidad desde 2008 casi un 40%, han lastrado en los últimos años a las comunidades de vecinos a la hora de plantearse obras de rehabilitación en el edificio y tareas de mantenimiento.

En 2013 entró en vigor la Ley de Rehabilitación con el objetivo de fomentar las reformas obligatorias de edificios que superan los 50 años al llegar 2018. Una rehabilitación que conllevaría un importante ahorro energético en los edificios. "Rehabilitar un parque de más de 25 millones de viviendas donde la mitad de ellas tiene más de 30 años, y una quinta parte, más de 50 años, es realmente difícil con la morosidad existente", advierten desde el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas.

Las facturas acumuladas por los vecinos morosos también ha repercutido en las medidas de accesibilidad en los edificios, un problema de "máxima incidencia para los ciudadanos y para la mejora del parque inmobiliario".