Tres agentes de la Guardia Civil resultaron heridos leves al evitar que un incendio forestal llegase hasta unas viviendas en Carballo (A Coruña). El fuego se inició en lugar de Granxa-Entrecruces el 23 de mayo y al mediodía fue requerida la Benemérita y, al llegar al lugar, "se encontraron a un único operario, desbordado, realizando las labores de extinción".

Una vez valorada la "gravedad" de la situación, "a lo que se sumaba el nerviosismo de los vecinos que comprobaban como el fuego avanzaba hacia sus domicilios", los tres guardias "decidieron realizar labores de extinción durante más de 40 minutos, logrando frenar la dirección que llevaban las llamas hacia las casas".

A uno de los agentes le cayó una rama en el brazo, otro tuvo diversas erosiones en las extremidades y el tercero, una fascitis dolorosa.