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Los fumadores gallegos caen al 20%, el mínimo tras una década de ley antitabaco

La cifra es un 22 por ciento inferior al máximo registrado en 2007 -Una encuesta de Sanidade muestra que fuma uno de cada cuatro hombres y solo el 16% de mujeres

Simón Espinosa

Uno de cada cinco gallegos es fumador, al margen de que su relación con los cigarrillos sea diaria u ocasional. La cifra la proporciona el último estudio sobre conductas de riesgo realizado por la Consellería de Sanidade, que permite constatar también cómo la prevalencia del consumo de tabaco disminuyó de forma progresiva desde 2007 y alcanza una década después su cifra más baja tras caer un 22% en ese tiempo el porcentaje de usuarios.

El punto más elevado de aficionados al tabaco, según las estadísticas del Sergas, se alcanzó en 2007, año en que entró plenamente en vigor la ley antitabaco -que luego fue endurecida en 2010-. Entonces uno de cada cuatro gallegos (un 25,4%) admitía su relación con los cigarrillos, mientras que en el último estudio solo lo hace un 19,7%, casi seis puntos menos (-22%). De ellos, un 16% fuma hace a diario y un 3,7%, de forma esporádica.

Los datos avanzados por Sanidade, que parten de una encuesta realizada en 2017 a 7.841 residentes en Galicia con tarjeta sanitaria y a partir de 16 años, permiten constatar, no obstante, que ellos fuman más. La prevalencia es superior entre los hombres, a pesar de el descenso entre el colectivo masculino haya sido el más acusado, al pasar de un 30,1% de 2007 a un 23,8% diez años después.

Si fuma uno de cada cuatro hombres, la proporción baja a una de cada seis entre las mujeres, pero entre ellas el descenso registrado en la última década es inferior: desde el 21,1 por ciento al 16%. En ambos casos la reducción no ha sido progresiva, sino que se vio interrumpida por un ligero repunte (más acusado en ellas) en 2015 antes de retomar la tendencia a la baja generalizada.

Aunque los datos de la encuesta solo han sido esbozados por Sanidade en su "Venres Epidemiolóxico", apunta también que la prevalencia de consumo más elevada se da entre hombres de 25 a 44 años, con un 28,9%, mientras destaca, en el extremo opuesto, cómo el tabaco también es un fenómeno generacional, y es que solo un 2,4 por ciento de las jubiladas gallegas fuma.

Las diferencias entre sexos atañen asimismo en la edad de inicio. En global, señalan desde la Dirección Xeral de Saúde Pública, los hombres probaron el tabaco y comenzaron a fumar de forma regular por término medio un año antes que las mujeres. De ese modo, añaden, la edad media en la que los chicos tienen sus primeros contactos con los cigarrillos está en los 16,6 años, pero el hábito no se consolida, es decir, no se vuelve regular, hasta los 19,3 años.

Con todo, esta variable proporciona datos diferentes en función de los grupos de edad analizados. Así, Sanidade destaca que en el intervalo con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años, las edades de inicio y de consolidación son "iguales en hombres y mujeres, 16 y 17 años respectivamente".

El equipo de investigadores de la Universidade de Santiago coordinado por Antonio Rial Boubeta apuntaba en su última encuesta, realizada en 2017 entre escolares compostelanos, una edad de inicio inferior: los 14 años. Y respecto a los datos de consumo, indicaba que un 32% de los adolescentes había fumado en el último año mientras que un 21,2% lo había hecho en el último mes.

La necesaria implicación de los médicos de atención primaria

  • El Sergas no se da por satisfecho con los datos, que, afirma, revelan la "necesidad de seguir trabajando en la prevención y en la deshabituación del consumo de tabaco". En esa línea, sostiene que ha ayudado el incorporar el consejo sanitario en la práctica clínica. Este pequeño asesoramiento, cuya duración ronda de dos a tres minutos, "demostró ser una herramienta eficaz para promover el abandono del consumo", alegan desde el departamento dirigido por Jesús Vázquez Almuíña. Así, entiende que las consultas de primaria constituyen el nivel sanitario "más adecuado" para intervenir en tabaquismo, dado que muchos gallegos acuden a estas consultas y varias veces, lo que "facilita la detección, tratamiento y seguimiento" de los pacientes en el proceso de dejar de fumar. Por ello, ve la "implicación" de los profesionales de primaria "fundamental" para lograr que la prevalencia siga disminuyendo en Galicia.

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