El viceportavoz de En Marea y portavoz de Anova, Antón Sánchez, censuró ayer la celebración de una consulta los días 22 y 23 a las bases de la formación rupturista sobre si la diputada Paula Quinteiro debe dimitir por haber exhibido su carné de parlamentaria ante la Policía Local, que identificaba a uno de sus acompañantes. En su opinión, elegir ese procedimiento no vinculante en lugar de un revocatorio puede hacer que En Marea "corra el riesgo de una salida en falso" al conflicto interno, lo que dilataría una solución. "Alargar en el tiempo esta situación creo que no nos beneficia", añadió.

El caso Quinteiro ha dividido En Marea, cuya dirección, con mayoría en el Consello das Mareas, impulsó la consulta en contra de la mayoría del grupo parlamentario, a favor de no exigir la dimisión de Quinteiro. En una entrevista en este diario, la diputada, inscrita de Podemos, anunció que no acataría el resultado de la votación.

Sánchez expuso que un proceso revocatorio daría "garantías" a la militancia y a Quinteiro, por permitirle exponer sus argumentos ante la primera, y, tras convocar un plenario, contaría con carácter vinculante. Es decir, en caso de negarse Quinteiro a renunciar, supondría su expulsión del grupo parlamentario.

"No soy experto en cálculos electorales, pero evidentemente perjudica la visibilidad del trabajo político", indicó.

Por su parte, el diputado Marcos Cal, también inscrito de Podemos, defendió a Quinteiro por no haber incumplido el código ético.