Más de 5.400 pisos y casas turísticas se registraron en el primer año de vigencia del decreto de este tipo de propiedades aprobado por la Xunta, con el que pretendía regular el sector. La norma establece que deben alquilarse por estancias inferiores a 30 días y no arrendar las habitaciones de forma individual -salvo que el dueño viva en ella-, al tiempo que deja en manos de los concellos la capacidad para limitar el número de inmuebles ofertados o incluso vetarlos. En el caso de las viviendas de empresas, el período máximo en que puede alquilarse es de tres meses.

El Gobierno autonómico aseguró ayer que el balance de la puesta en marcha de la normativa es "positivo" porque ha permitido crear "un marco de seguridad jurídica" tanto para propietarios como para usuarios. En un comunicado, indica que las viviendas de uso turístico representan el 16% de las 163.000 plazas de alojamiento vacacional que existen en la comunidad.

En su clasificación por provincias, la mayor parte se concentran en el eje atlántico. Sanxenxo, Santiago, O Grove, Barreiros, Foz, A Coruña, Vigo, Poio o Cangas son los municipios con más pisos turísticos.