Los gallegos son los más solidarios de España. Unas 48.000 personas como mínimo, si se analiza el registro autonómico de voluntarios, que incluye a los que participan en programas de la Xunta, concellos y ONGs, aunque la inscripción no es obligatoria, dedican una parte de su tiempo libre de forma desinteresada a hacer del mundo un lugar mejor. El área preferida en Galicia es la protección del medio ambiente, señalan desde la Administración, pero hay opciones para todos los gustos: desde acompañar a ancianos o asistirles en los recados a cuidar animales en una protectora.
No obstante, y pese a la satisfacción que provoca socorrer al prójimo o contribuir a que una playa esté limpia, en Galicia no solo el altruismo está tras tan honrosa labor, al menos no en todos los casos, porque cada vez son más quienes piden la acreditación de su experiencia como voluntarios (fechas, duración y prestación realizada en la Xunta o entidades registradas) como vía para "mejorar su empleabilidad". En 2016 la Xunta había expedido 17 certificados, pero su demanda se ha multiplicado por 50 y se elevan ya a 913, dado que está resultando, afirma la directora xeral de Xuventude, Participación e Voluntariado de la Xunta, Cecilia Vázquez, "muy provechoso a nivel curricular, dirigido prácticamente al empleo".
Pese a que estos documentos existen desde 2011 (de hecho Galicia fue pionera en hacer caso a la UE, y sigue siéndolo, en certificar esta formación), no eran muy conocidos. El año pasado el Ejecutivo empezó a recordar que existen y "que las empresas cada vez lo tienen más en cuenta de cara a la selección de personal", señala Vázquez. "Lo que nos dicen las empresas en foros de RSC o RSE es que los jóvenes están muy formados y que muchas veces les cuesta trabajo hacer una selección. Entonces entienden que alguien que es solidario, altruista, que colabora, ayuda a los demás o a la sociedad en general, tiene unos valores" y "cualidades" de las que carecen otros candidatos.
Para Vázquez, el elevado incremento en Galicia de participantes en voluntariado (un 35% en los programas autonómicos, apoyado sobre todo en que ahora más jóvenes se animan a dar el paso y suponen ya tres de cada cuatro voluntarios en las inictiativas de la Xunta) tiene que ver por un lado con el certificado, pero también con una "mayor concienciación". Son "más participativos", recalca. También ellas. Hasta hace un par de años, los gallegos dominaban en el voluntariado, al menos en las estadísticas oficiales pero en 2016 y 2017, los dos últimos ejercicios, la situación se invirtió y las mujeres se imponen en solidaridad por 58% frente a 42%.
En el registro (dejando los 7.700 voluntarios que participan en programas de la Xunta aparte) figuran ahora 41.223 personas, 923 más que a finales de 2017, lo que implica que al día se suman unos diez. "Siempre fuimos una tierra solidaria y los datos lo confirman", proclama Vázquez.
A ayudar también se aprende
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- A ser solidario también se aprende. Así lo entiende la Xunta, quien constata cómo el grueso de voluntarios en sus programas está conformado por menores de 20 años y que en cierta medida tiene que ver en que el Ejecutivo lleva "muchos años" impulsando iniciativas en el ámbito educativo, casi desde que llegan hasta que dejan el Bachillerato. "Una parte importante de crear una conciencia solidaria es hacerlo de pequeños", proclama la responsable de Xuventude de la Administración autonómica. Como herramientas se ha editado material pedagógico, como "Os Bolechas aprenden a ser personas voluntarias", destinado a educación infantil y primaria. Además, dos centros gallegos han escogido introducir la materia de Voluntariado en su currículum académico: el IES Castro Alobre de Vilagarcía, con 27 anotados, y el Divina Pastora de Ourense, donde son 34, indican desde Xuventude. Además de sembrar conciencias altruistas y solidarias para el día de mañana, la Xunta busca nuevas oportunidades para que quien lo desee encuentre la opción deseada. Como resalta Vázquez, no se trata de lanzar programas porque sí, sino de lograr que los gallegos se animen a respaldarlos y también de cubrir "huecos" teniendo en cuenta el intercambio de información con el sector. Ahora mismo el Ejecutivo tiene en marcha 17 programas diferentes y el año pasado estrenaba dos nuevas áreas de acción: el medio rural y las personas mayores (o ambas). Por ejemplo, en relación a los mayores se impulsó un programa para acompañar a jubilados que viven solos y que ven con buenos ojos el estar con alguien. 11 entidades se adhirieron y por ahora 75 voluntarios apoyan a 38 mayores. También se está impulsando un programa de voluntariado en materia de prevención de incendios al que se sumaron 150 personas ya pero cuyo objetivo es el doble.
