A finales de 2013 un nuevo elemento se incorporaba a la compostelana plaza del Obradoiro. Se trataba del complejo y mastodóntico andamiaje que iba a cubrir toda la fachada oeste de la catedral de Santiago para proceder a una intensiva restauración de su piedra, mellada y descolorida por las inclemencias del tiempo, los líquenes y el musgo. Algo más de cuatro años después, el templo se desviste de los andamios y muestra el color original de la piedra, un matiz que sorprende por el contraste -que antes no había por ser todo homogéneo- que muestra con los sillares gris verdosos todavía sin recuperar de la escalinata de acceso al Pórtico de la Gloria.

Los andamios aún cubren parte de la fachada, pero ya solo una porción de las dos torres, despejando por completo el cuerpo central, que luce ahora nuevas vidrieras transparentes de grandes cristales enmarcados por madera de color verde, que sustituyen a las celdillas que dividían las anteriores ventanas. Cada día que pasa se desmonta una sección más del andamiaje para acabar enseñando la plenitud del estilo Barroco en la catedral compostelana.

Las obras de restauración del cuerpo central fueron de las más delicadas, dado que los especialista consideran que por sus grietas se producían las filtraciones que afectaban al Pórtico de la Gloria. Pese a lo avanzado de los trabajos, aún le quedan años por delante. En la facha del Obradoiro, por ejemplo, las escalinatas de acceso. Pero lo más importante queda dentro del templo. Las obras seguirán con la vista puesta en el año 2021, próximo Año Santo, para el que se espera que la catedral compostela se puede mostrar al mundo con todo su esplendor recuperado.

No obstante, el principio inspirador que guía las actuaciones, que se realizan en fases sucesivas de modo que siempre se podrá visitar una buena parte del templo, es que las puertas de la basílica permanezcan abiertas.

La previsión es que a medida que los andamios vayan desapareciendo del Obradoiro, estos se desplazarán al interior y afecten al desarrollo ordinario del culto, tanto en la parte de horarios como de aforos. Por ejemplo, cuando el ruido de las obras sea incompatible con la liturgia, la Misa del Peregrino de las 12.00 horas se celebrará en la iglesia de San Francisco.

A finales del pasado año ya se habían invertido 9,2 millones en le restauración de la catedral y quedaban por gastar otros 17 (15 de ellos del convenio entre el Ministerio de Hacienda, la Consellería de Cultura y la Fundación Catedral). Alguna de las tareas que quedan pendientes son de gran "complejidad técnica", como el remozamiento de los paramentos verticales, que obligará a retirar los encintados de los sillares y a restaurar completamente las bóvedas.

Este trabajo se prolongará hasta bien entrado 2019. Ese año estaría previsto abordar el baldaquino, el altar mayor, rejas y pinturas, mientras que en el cronograma de este año están las cubiertas de la nave principal, crucero y alas norte y oriental del claustro, capilla del Cristo de Burgos, Torre del Tesoro, fachada al patio de Xelmírez y paramentos interiores y bóveda.