La incidencia de la meningitis "ha bajado muchísimo" en los últimos años, según explican especialistas médicos. No obstante, basta un caso puntual de fallecimiento de personas jóvenes para que surjan las dudas sobre la manifestación de esta dolencia infecciosa, que puede ser de varios tipos. (El fin de semana fallecía el estradense Pablo Carollo, de 29 años, que había ingresado en el hospital con esta dolencia, según expresaron fuentes cercanas a la familia).

Desde un punto de vista médico, uno de los principales causantes es el meningococo, una bacteria. "Hay gente que es portadora y al entrar en contacto con otras personas puede producirse la transmisión", explica José Ramón Fernández Lorenzo, jefe de Pediatría en Vigo y presidente de la Sociedad Gallega de Pediatría. La meningitis se puede transmitir a través de la tos, estornudos o el contacto directo, normalmente en un contacto muy estrecho o prolongado con el portador de la bacteria. Dolores de cabeza, vómitos, rigidez de nuca, confusión, fotofobia o incluso erupciones en la piel suelen ser síntomas en personas mayores (en niños se detecta a través de fiebre, inquietud, somnolencia o erupciones cutáneas -puntos o hematomas-).

"La vía de entrada es la faringe y puede pasar después a sangre o cerebro", expresa Fernández, quien añade que también puede producirse una transformación: "empezar como una otitis por meningococo y derivar en una meningitis; o empezar como una sinusitis y evolucionar", apunta. Sobre un 10% de las personas alojan en la garganta el meningococo, que puede desencadenar la enfermedad y se agrava si invade el torrente sanguíneo, según explican las fuentes.

Si bien son casos "muy poco habituales", en ocasiones se produce un desenlace fatal en pocas horas o días. Los expertos indican que influyen varios factores, como la capacidad de defensa ante la infección (las defensas de la persona afectada en cuestión) o patologías crónicas asociadas. En todo caso, la meningitis y la sepsis (dos formas de la enfermedad) "pueden desembocar en alteraciones vasculares (shock endotóxico) o sanguíneas (coagulación intravascular diseminada)", según las fuentes, las situaciones más graves e insisten, "puntuales". En el caso de lactantes la diseminación de gérmenes puede ser muy rápida, "provocando lo que llamamos un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica", apunta Fernández. Hay situaciones en las que se puede llegar a un shock séptico "no sería por la infección de las meninges, sino por el shock séptico".

En la actualidad, la cobertura de la vacunación es "muy alta". Según los datos del Ministerio de Sanidad, por comunidades autónomas, la meningitis C alcanza un 99,8%. El calendario de vacunación infantil del Sergas marca la primera vacuna a los cuatro meses (la meningocócica C), la segunda a los 12 meses y la dosis de recuerdo a los 12 años. "La cobertura es prácticamente del 100%. Si no recuerdo mal, creo que la vacuna se pone desde principios de los ochenta, me refiero a vacunación de meningococo", cuenta el experto. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el capítulo de Enfermedades de declaración obligatoria, en Galicia se registraron en 2015 seis casos de meningitis, en 2013 habían sido 24, cifras que poco tienen que ver con los más de 300 casos contabilizados, por ejemplo, en 2004.

Desde una perspectiva médica o científica, con los datos actuales de bajo nivel de incidencia, el mecanismo de protección es el correcto, con un "continuo descenso" de los casos de meningitis, según explican las fuentes. ¿Podría pedirse una vacunación en caso de tener dudas de haberse vacunado previamente? "Normalmente tiene que haber una situación de epidemia o de pandemia para que se recomiende la vacunación en el entorno familiar o cercano", expresa Fernández. ¿Puede ocurrir que con una inmunización previa se desarrolle igualmente la dolencia infecciosa? "Se puede dar, pero es muy raro. Como hay distintos tipos pues podría darse el caso de que afecte a uno no protegido pero hablamos de excepciones", añade Fernández.