El desembolso de la Seguridad Social para abonar las pensiones no contributivas ha descendido casi un siete por ciento en ocho años. En 2017 el desembolso para las arcas públicas para garantizar una pensión a estas personas que no han cotizado lo suficiente se situó en 210,2 millones de euros, 16 millones menos que la cuantía que se destinaba en 2011.

A pesar de que las pagas que cobran tanto jubilados como afectados por invalidez han crecido un ocho por ciento en los últimos ocho años, se está reduciendo el número de perceptores. De 45.300 pensionistas no contributivos en 2011 se ha pasado a menos de 40.000.