Hasta el 11 de enero de este año, ser propietario de un perro sin identificación se consideraba una infracción leve y podía implicar una multa de entre 30 y 300 euros. Pero ese día entró en vigor la Lei de Benestar Animal, que endurece la sanción y conlleva al menos un desembolso de 500 euros, aunque puede llegar a suponer hasta diez veces más. El efecto disuasorio de la penalización no se ha hecho esperar. Solo entre el 1 de enero de 2018 y el pasado 4 de abril se dieron de alta en el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac), donde se inscriben los animales con chip y cuyo censo está constituido en un 97,6% por ciento por perros, casi 28.200 mascotas, a razón de unas 300 de media por día, un 173% más que en el mismo trimestre del año pasado.

Entonces, según datos facilitados por la Consellería de Medio Ambiente, los animales de compañía que se daban de alta en el Regiac tras la implantación del correspondiente microchip fueron 10.344 entre enero y abril, es decir, 17.855 menos que este año.

Aunque el incremento de altas es espectacular, no se produce con la misma intensidad en las cuatro provincias. En Pontevedra es donde los propietarios menos han hecho los deberes o donde existían menos deberes pendientes, dado que la diferencia de inscripciones entre el primer trimestre de 2018 y 2017 es de un 145%, al pasar de las 3.554 a las 8.737. En el extremo opuesto están las provincias del norte, A Coruña y Lugo, con un incremento que supera en ambos casos el 190 por ciento. En la primera, la cifra de canes identificados en los primeros 93 días del año llegó a los 11.701, casi 7.700 más, y en la segunda, rozaron los 4.500, en relación a los 1.532 de un año atrás. En Ourense, el incremento de identificaciones rondó el 168 por ciento y supuso 2.070 canes más sobre los 1.236 del ejercicio precedente.

Además de los cambios normativos, la Xunta considera que hay una "mayor concienciación". No obstante, son todavía muchos los ciudadanos que no cumplen con la obligación de asociar un microchip a su mascota e inscribirla en el registro ad hoc. Algunas estimaciones sitúan en 200.000 la cifra de perros que carecen del preceptivo marcador, un elevado porcentaje (el 45%) si se tiene en cuenta que los canes dados de alta en el Rexistro gallego ascendían el año pasado a unos 470.000. Quienes se saltan el cumplimiento de la normativa están expuestos ahora a multas mayores y además la nueva ley establece que será la Xunta la encargada de perseguir estas infracciones, y no los concellos, como ocurría hasta ahora, con la colaboración de la Policía Local y del Seprona.

La Lei de Benestar Animal nació envuelta en polémica, sobre todo por la penalización por alimentar o recoger a animales vagabundos. La primera se considera una infracción leve y puede ser sancionada con hasta 500 euros de multa. En el segundo caso es grave, igual que la no identificación de un perro, y puede implicar hasta 5.000 euros. En ambas se exceptuarían las situaciones de emergencia. La Lei de Benestar también castiga con hasta 30.000 euros de multa el sacrificio de mascotas y hasta con 5.000 el que los perros permanezcan atados permanentemente.